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Más de 100 coches clásicos en un rancho

José Miguel Vinuesa
22/12/2018 15:47

Todos hemos tenido el sueño de abrir la puerta de un almacén y encontrar una colección de coches clásicos de gran valor abandonados, casi rogando para que te los lleves de allí. A los simples amantes de los coches no suele ocurrirnos, salvo a los que se dedican a buscarlos activamente, como Tom Cotter, el hombre detrás de Barn Find Hunter, que en su último vídeo ha encontrado un granero en Carolina del Norte, Estados Unidos, lleno joyas americanas.

Según el presentador, dieron con una persona que compró una gran variedad de coches sólo porque le gustaban, sin pensar en que pasado el tiempo se convertirían en clásicos de gran valor. De hecho, se fueron quedando en un almacén a contemplar el paso del tiempo. Y no hablamos de cinco o seis coches, que ya sería una bonita cifra, sino de más de 100 modelos.

Los dueños del lugar son Walter y Billy Eubanks, en cuya propiedad cuentan con numerosas dependencias que están repletas coches. Ubicada en una zona rural de Carolina del Norte, encontramos vehículos como un Chrysler 300, Dodge Daytona y numerosos Ford Thunderbird. Cotter también encuentra un Stutz de 1929, un Lincoln Continental de 1940 y un Chevrolet Nomad de 1957. Otros modelos interesantes son un Chevrolet Impala 427, un Hornet Hudson y un buen puñado de Jaguar que incluyen un modelo E-Type de las últimas series.

La colección es tan amplia que es difícil enumerar todos los vehículos. Pero quizás uno de los más curiosos es un Lincoln Continental de 1941 que se usó en la película El Padrino, obra de culto entre los cinéfilos. Junto a él, hay también un Plymouth Superbird de 1970 que podría esar valorado en alrededor de 189.748 euros si se restaurase a la perfección. Otro coche interesante es un Chrysler Airflow que estuvo en el mercado durante la Gran Depresión. Desafortunadamente, fue un fracaso y se suspendió después de solo tres años, de ahí su rareza.

En todo este lugar, sin entrar en cifras concretas, podríamos hablar de varios millones de euros en coches, unos con necesidades de restauración más intensas que otros, pero en general en buen estado. Pese a ello, los Eubanks no tienen interés en vender ni uno de sus coches. Este es posiblemente el mayor descubrimiento de coches en el mundo, aunque alcanza las cotas de un museo.