VÍDEO

Como el Ave Fénix: resurge de sus cenizas una colección quemada

José Miguel Vinuesa
04/01/2019 17:27

Hace poco más de un año, en concreto el 25 de octubre de 2017, un incendio arrasaba con toda una vida de coleccionismo para Gary Cassidy, arrasando los 40 modelos que atesoraba. Pero ahora, haciendo realidad el mito del Ave Fénix que resurge de sus cenizas, la colección ha renacido en todo su esplendor.

Los hechos se ubican en la Columbia Británica, en Canadá, donde en el año 2015, cassidy decidió construir un almacén específicamente destinado a almacenar su colección. Sin embargo, apenas dos años después, un incendio destruía su importante colección, muchos de los cuales eran modelos con historias muy particulares. Quedó irrecuperable, con apenas nada aprovechable. Pero Cassidy, hombre previsor, tenía los modelos asegurados, así que tras sufrir durante semanas por la pérdida, él y su esposa tomaron la determinación de construir de nuevo la colección, aunque ya no pueda tener algunos de los modelos de la anterior.

Ahora podemos ver un chasis de un monoplaza de Champ Car a la vista, así como un Pontiac de 1953, un Chevrolet Nomad del 56 y o un magnífico Chevrolet Bel Air del 62. Sin embargo, Cassidy tenía predilección por un raro convertible Bel Air del 61, que era único. "Compramos este auto, y luego descubrimos lo famoso que era, porque nadie conoce la historia del Bel Air Convertible. Era único en el mundo ", dijo Cassidy cuando se quemó su primera colección. Obviamente, el descapotable ya no forma parte de la colección.

Ahora tiene 20 coches, la mitad de los anteriores, y aunque está contento por poder volver a tener algunos hermosos clásicos en su poder, hay un deje de tristeza en sus palabras: "Estoy descubriendo que el entusiasmo no es exactamente el que era antes, porque no creo que pueda reemplazar lo que tenía. El dinero no puede comprarte algunos de los coches que estaban aquí", dijo.

Y eso es lo peor para un coleccionista, el perder algo único. De hecho, se perdieron coches por valor de más de 3 millones de dólares, y además del Bel Air descapotable, se le unió un sedán utilitario Chevy del 59, que también era muy especial: "No tenía asiento trasero. Fue construido para que los vendedores transportaran toda su mercancía, y la mayoría de ellos venía con seis cilindros y tres velocidades. Ese auto tenía un motor 348ci Tripower de cuatro velocidades [V8 de 5.7 litros y 280 caballos], así que era realmente único ", explicó Cassidy.

Otras rarezas que se perdieron incluyen un Ferrari negro, un Ford T modelo 1931 que era adorado por su esposa y que ahora vive como un caparazón quemado en el jardín, y un trío de Chevrolet Camaros, uno de los cuales consiguió ganar algunos premios. Así que el sabor agridulce es intenso para Cassidy. Sí, la colección vuelve a crecer, pero lo que se ha perdido no volverá jamás.