La oportunidad de atrapar a Tesla que las marcas desaprovecharon

El éxito apabullante de Tesla tan sólo se ha materializado con la entrada en producción y venta en grandes volúmenes del Model 3, que ha sido el punto de inflexión de una compañía que hasta hace poco era tan sólo una start-up que coqueteaba con la bancarrota.

Pero la presentación del Model S fue un momento peligroso porque significó poner encima de la mesa las cartas de la empresa en un momento en el que aún no tenía la fuerza industrial para competir con los grandes fabricantes del sector.

El cofundador de Tesla, Jeffrey Brian Straubel, reconoce que en aquel entonces pensaron que el éxito del Model S haría saltar las alarmas entre la competencia. Pero las marcas no reaccionaron y Tesla pudo centrarse en el Model 3, con el que cimentó su posición cinco años más tarde.

"A mí aún me sorprende el escepticismo que había, incluso después de entregar el Model S", ha explicado Streubel en el podcast 'This Week in Startups' de Jason Calacanis.

"Me imaginaba que cuando lo vieran las marcas dirían 'está claro que esto es el futuro' y que lo copiarían inmediatamente. Pero eso no pasó. A los clientes y a los periodistas les encantó, pero no lo copiaron y el mercado no cambió".

"Con el Tesla Roadster validamos la tecnología. Demostramos que las baterías podían funcionar, que podían montarse de forma segura, que tenían la autonomía y la aceleración. Pero el Model S fue algo completamente distinto. Elon quería que fuera el mejor coche de la carretera y cumplió".

Streubel trabajó en Tesla entre 2004 y 2019. El momento más estresante que recuerda es la entrada en producción del Tesla Model 3 por el reto logístico que implicó dotarse de tanto músculo industrial.

"Fue bastante brutal. Visto en retrospectiva, sabíamos que sería difícil pero no sabíamos que lo iba a ser tanto. Yo prácticamente me mudé a Nevada. Dormía en la fábrica y hacía todo lo que podía para que pudiéramos fabricar las baterías, los motores y demás".

"Es un ejercicio increíble, aprender lo complicado que es fabricar tantas unidades de algo. Acabas sintiendo un gran respeto por la manufactura y la producción a escala. No hay muchas start-ups que tengan que enfrentarse a ese volumen y prácticamente nos puso de rodillas un par de años".

ESCÉPTICO CON LA TRANSICIÓN DE LAS MARCAS TRADICIONALES

JB Streubel también se ha mostrado escéptico con los planes de electrificación de las marcas tradicionales del sector, que poco a poco anuncian sus planes para abandonar el coche térmico en favor del eléctrico.

Sin dar ningún nombre, Streubel explica que la transición no es tan simple como poner una fecha objetivo. Intuye que algunos fabricantes no son conscientes de la dimensión del reto.

"Hay muchas marcas que se están pasando al coche eléctrico, muchos países, fábricas y clientes. Hay esos anuncios sobre que lo van a hacer todo eléctrico esta década o en la próxima década… No creo que hayan hecho todos los números".

"Tienes que analizarlo todo, tienes que calcular toda la cadena de suministros y remontarte hasta las minas. Si no lo haces, no lo tienes del todo resuelto –el reto de la producción a escala–. Es como un avión con 'overbooking'".

"Toda esa gente dice 'oh, esto es genial, queremos ir a este nuevo sitio. Subámonos al avión y vayamos directos'. Todo el mundo quiere ir ahí al mismo tiempo, pero primero tienen que fabricar los aviones. Es como si la pista de despegue fuera el tiempo que tienen para resolver todas esas cosas, como si lo pudieran resolver más adelante".