La conexión de Lego con el mundo del automóvil

En los últimos meses Lego ha lanzado una gran variedad de kits de automóviles por montar. Más sencillos o más sofisticados según el tamaño y número de piezas. Y de forma recurrente ha llamado la atención ofreciendo recreaciones de modelos a tamaño real que pueden requerir más de 450.000 piezas, como fue el caso del McLaren Senna; fueron necesarias casi 5.000 horas de trabajo: 2.000 para el diseño y unas 2.750 para la construcción.

Seguro de que esta apuesta tiene su justificación comercial y de marketing. Pero también responde a una pasión, sobre todo la de uno de los nietos del fundador: Anders Kirk Johansen. Conserva en perfecto estado el Mercedes 380 S W126 que su abuelo -Godtfred Christiansen, fundador de la empresa- compró en su día. Un automóvil que no sólo le sirvió para viajar sino también como ‘refugio de meditación’. Algunos de sus primos conservan otros Mercedes del abuelo.

Anders Kirk no sólo conserva este coche, sino que posee una buena colección de coches clásicos. Más que centrarse en una época o marca, busca sobre todo coches que le hayan emocionado. Algunos notables como un Cadillac V16 del 34 o una camioneta Chevy del 54, muy popular en Estados Unidos entre los granjeros y él posee varias fincas. Pero también más actuales como un Aston Martin DBS Volante. Le gustan los coches potentes, con sonido personal, con cambio manual, sin ayudas, de esos que transmiten placer de conducción.

El McLaren Senna de Lego a escala real

Pero ha ido mucho más allá. En 2013 compró una firma artesanal danesa especialista en motocicletas e hizo que Henrik Fisker, el diseñador de automóvil que fundó la marca de coches que lleva su nombre, le diseñara una espectacular cruiser, la Vuking, con un bicilíndrico en V de 100 caballos.

Y más adelante fundó MY Garaje, un garaje destinado a coleccionistas o amantes de los coches clásicos y exclusivos. Les asegura la custodia, el mantenimiento, la reparación y que estén listos para ser usados en todo momento. Dice que la idea le vino del garaje familiar, una instalación en la que los miembros de la familia guardaban sus coches para poderlos usar cuando deseaban.

Es por eso que si gran filón que explota Lego con sus ‘`kits’ de automóviles no sólo responde a criterios de negocio: hay algo –mucho– de pasión en ello.