Kristoffersson puede proclamarse primer Campeón Mundial de Rallycross de la era eléctrica en Barcelona

El Rallycross ha cambiado radicalmente al pasarse al todo eléctrico en sus dos principales categorías del Mundial, RX1e y RX2e. La primera de ellas libre y la segunda 'monotipo', con un coche fabricado por la empresa española QEV Technologies.

Kristoffersson, cuatro veces campeón del mundo de esta espectacular especialidad, quizás más conocido de la afición española por el toque que tuvo con Carlos Sainz en la Extreme E, corre con un Volkwagen preparado por su propio equipo. Esta disciplina es de equipos privados, casi todos ellos propiedad de pilotos o expilotos, aunque en algún caso tengan apoyos de fábrica.

La manga del Circuit de Barcelona-Catalunya es, desde 2015, una cita obligada del campeonato. El trazado ha sido habilitado en la zona del Estadi del Circuit, incluyendo algunas partes de asfalto –el rallycross exige circuitos mixtos– que se recorren en sentido inverso al habitual.

Kristoffersson llega a Barcelona con 41 puntos de ventaja sobre su rival más próximo y tiene en los hermanos Kevin y Timmy Hansen –que corren para el equipo familiar– sus más duros rivales.

En la disciplina encontramos asimismo al 'ex rallyman' Ole Christian Veiby y a Niclas Grönholm, hijo del bicampeón del mundo de rallies Marcus Grönholm. También estarán Gustav Bergström y Klara Andersson dispuestos a dar batalla. Completa la participación René Münnich, que no ha dudado en transformar un Seat Ibiza para la categoría.

Kristoffersson ha sido el dominador dictatorial del campeonato. Ha ganado en seis de las siete carreras disputadas, aunque siempre peleando hasta el último momento. Sólo 'falló' en Portugal, donde el ganador fue Niclas Grönholm y Johan quedó fuera de podio.

Pero detrás la batalla es ajustada. Kevin Hansen está a 41 puntos; Ole Christian Veiby, a 42; Niclas Grönholm y Timmy Hansen, a 44. Esto nos da una idea de lo apretado de la situación y de que al menor descuido de Kristoffersson estos rivales intentarán 'pasarle por encima'.

El salto al todo eléctrico ha conllevado una disminución del número de participantes, aunque no de la calidad. Muchos habituales del Mundial de Rallycross no han podido dar el paso o han prefeido esperar a ver el resultado antes de afrontar el cambio. Esto hace que todas las pruebas sean 'dobles', con carrera el sábado y el domingo, para mayor interés y espectacularidad.

Las carreras son tanto o más espectaculares y competidas que las de antaño. Los coches son de potencia similar, pero la aceleración eléctrica es instantánea y son igualmente espectaculares. La disciplina, con sus cortas mangas, es la categoría automovilística que mejor se adapta a la electrificación.