Prueba Ford EcoSport 1.0 EcoBoost 140 caballos: un SUV urbano sin complejos

En plena era SUV, y con un incipiente mercado de los crossover utilitarios derivados del segmento B, el Ford EcoSport desembarcó España en 2013 como un modelo corto y elevado para ofrecer una propuesta urbana y funcional.

Desarrollado inicialmente en Brasil con la mirada puesta en los mercados emergentes, y fabricado primero en la India y después en Rumanía para Europa, se actualizó ligeramente en 2015 para acercarse a los estándares europeos con acabados interiores de mejor calidad, mayor equipamiento y nuevas mecánicas. Ahora, con el modelo plenamente asentado en mercado, Ford ha renovado nuevamente el EcoSport dotándolo de un aspecto exterior más moderno e impactante y un interior más cuidado. Asimismo, ha incorporado una nueva mecánica Diesel EcoBlue con tracción total, no disponible en España hasta este momento.

El Ford EcoSport es un modelo de 4,09 metros de largo, 1,76 de ancho y 1,65 de alto. Es, por tanto, el modelo más corto de su segmento, a la vez que el más alto, y sus proporciones le confieren un aspecto liviano, aunque en realidad pesa 1.280 kilos, lo que lo sitúa en la media entre sus competidores. Por sus 2,52 metros de distancia entre ejes –menor que la de su competencia–, 1,53 metros de ancho de vías –en la media del segmento– y 19 centímetros de altura libre al suelo, puede parecer menos estable de lo que en realidad es, pero en realidad ofrece un comportamiento noble, como explicaremos más adelante.

NUEVO ASPECTO

La renovación estética del Ford EcoSport es especialmente notable en el frontal, donde ha incorporado elementos que recuerdan a otros modelos de la marca como el Ford Kuga o el Ford Edge. Ahora la parrilla trapezoidal está situada más alta y los faros –con luz diurna led– son más grandes y pueden ser de Xenon en opción. Los antiniebla también gana presencia por su forma triangular y mayor tamaño. El lateral y la zaga no presentan grandes cambios, pero prescinde de la rueda de repuesto colgada del portón, que ahora es opcional, y mantiene las molduras de plástico en la parte inferior para dotarlo de su aspecto 'off road'.

En el interior, los cambios son más destacados, y se centran en el cuadro de instrumentos y la consola central, que se han diseñado por completo para ofrecer un aspecto menos futurista y más funcional. El volante también es nuevo, y mantiene los botones multifunción para gestionar el sistema multimedia y las ayudas a la conducción.

Según el nivel de equipamiento, la pantalla central puede ser del 4,2, 6,5 u 8 pulgadas, pero sólo las dos más grandes son táctiles. La de tamaño superior –la única que hemos probado– es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, y su funcionamiento es sencillo e intuitivo. Además, su resolución nos pareció buena incluso cuando incide sobre ella la luz del sol de manera directa. Por contra, es muy fácil dejar las marcas de de los dedos –incluso con las manos limpias– y el polvo se acumula sobre ella rápidamente.

La calidad percibida en el habitáculo del Ford EcoSport 2018 es mayor que en su predecesor; la parte superior del salpicadero es de tacto mullido, y las superficies duras presentan un buen ajuste. Tal vez recurre en exceso a las molduras en 'piano black', pero esto dota al interior del coche de un aspecto más elegante. El aro del volante es de un grosor considerable y su forro, de cuero sintético con todos los niveles de acabado, ofrece un tacto agradable. La tapicería es de tela en los dos acabados más económicos y de tela y piel en los dos superiores, pero puede ser sólo de piel de manera opcional con el acabado Titanium.

El espacio interior del EcoSport es suficiente, aunque no especialmente generoso. Como es lógico, ofrece una mayor altura al techo que un utilitario como el Ford Fiesta, lo que facilita el acceso a personas mayores o con movilidad reducida, pero la anchura para los hombros en las plazas anteriores es muy similar. Los asientos del conductor –con gran regulación en altura– y del acompañante son cómodos para viajar, pero es posible llegar a golpear con los codos en los guarnecidos de las puertas al maniobrar para aparcar, y la consola central resta algo de espacio a las piernas, aunque no llega a transmitir una sensación claustrofóbica en ningún caso. Simplemente hay que hacerse a la idea de que, aunque se trata de un SUV, su tamaño, menor que el de su competencia, le beneficia al moverse entre el tráfico pero limita ligeramente su habitabilidad.

En las plazas posteriores el espacio es algo más ajustado, pero suficiente para dos adultos de estatura media. La altura libre al techo es correcta para una persona de 1,80 metros y, pese a que el espacio para las piernas no es abundante, las rodillas no llegan a tocar el respaldo del asiento de delante y es posible meter los pies debajo. Nos ha gustado la altura de la banqueta, mayor que en los modelos utilitarios, lo que resulta más cómodo para personas de piernas largas. A pesar de estar homologado para cinco pasajeros, la plaza central trasera es meramente testimonial y no resulta cómoda porque las rodillas golpean en la parte trasera del mueble central. Como curiosidad, junto al asiento derecho de la banqueta trasera hay una toma de 12 voltios, una ubicación muy poco habitual, pero que puede dar servicio tanto a las plazas traseras como al maletero, si se abaten los asientos y los respaldos.

El maletero cubica ahora 334 litros que, aunque son 24 más que antes, sigue entre los pequeños del segmento. Mantiene el portón de apertura lateral y no cuenta con doble fondo, ya que en él se encuentra el kit para reparar pinchazos. El suelo se puede posicional a tres alturas para ofrecer una mayor capacidad, o una superficie inclinada y enrasada con los respaldos tumbados. En esta configuración, el espacio de carga total es de 1.238 litros y de formas regulares. En cualquier caso, se trata de un maletero muy aprovechable por su boca de carga y altura, y si se retira la bandeja superior, en él puede viajar con amplitud incluso un perro de raza grande.

PARA TODOS LOS GUSTOS

El Ford EcoSport está disponible en cuatro niveles de equipamiento. Desde el acabado de acceso, Trend, cuenta de serie con asistente de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, luz diurna led, mandos el en volante, retrovisores exteriores calefactados con ajuste eléctrico, apoyabrazos central, función 'start and stop', volante de piel y pantalla multimedia de 4,2 pulgadas. Con el acabado Trend+ incorpora programador de velocidad, sensores de aparcamiento traseros, luz anticharco, barras de techo y la pantalla táctil de 6,5 pulgadas con navegador integrado de serie.

El equipamiento Titanium, el que hemos probado, añade de serie el encendido de luces y limpiaparabrisas automáticos, arranque sin llave, equipo de sonido con seis altavoces, climatizador y llantas de aleación de 16 pulgadas, que pueden ser de 17 o 18 en opción. Adicionalmente, puede equipar detección de vehículos en ángulo muerto y tráfico cruzado, sensor de aparcamiento frontal, cámara de visión trasera, faros xenon, volante y asientos delanteros calefactados, tapicería de piel, techo corredizo y equipo de sonido B&O con diez altavoces y pantalla táctil de 8 pulgadas.

Por último, la versión ST-Line equipa suspensión deportiva, pedales de aluminio, faldones laterales y parachoques específicos, techo pintado en otro color, llantas de 17 pulgadas en negro, volante achatado en la base con pespuntes en rojo, asientos con tapizado específico en piel ecológica, pantalla de 8 pulgadas, equipo de sonido con siete altavoces y control vocal.

DIESEL Y GASOLINA

En el apartado mecánico, la gama del Ford EcoSport se compone de tres mecánicas gasolina 1.0 EcoBoost de 100, 125 y 140 caballos, y dos Diesel 1.5 EcoBlue de 100 y 125 caballos. Todos ellos van asociados a un cambio de marchas manual de 6 velocidades y tracción delantera, pero es posible elegir una transmisión automática si se opta por la versión de gasolina y 125 caballos, o tracción integral con el Diesel de igual potencia. Con este sistema de transmisión, el 100% del par se envía por defecto al eje delantero y puede derivar hasta el 50% al eje posterior en condiciones de baja adherencia.

Hemos probado el Ford EcoSport 1.0 EcoBoost de 140 caballos con tracción delantera y cambio manual –la única combinación posible para este motor y nivel de potencia–, y nos ha parecido un coche algo desequilibrado por su naturaleza y potencia. Su motor empuja con fuerza, quizá más de la necesaria para un vehículo de enfoque familiar y urbano, pero su capacidad de aceleración es menor que la del Ford Fiesta de igual potencia por su mayor peso –120 kilos menos– y frontal menos aerodinámico.

Por otra parte, aunque el consumo medio homologado por las versiones EcoBoost de 125 y 140 caballos con cambio manual es idéntico –5,2 litros a los 100 kilómetros–, nuestra experiencia con el de 140 caballos fue que, en un recorrido de unos 120 kilómetros por vías rápidas y carreteras convencionales con cambios de ritmo e importantes desniveles, el consumo indicado por el ordenador de a bordo fue superior a 8 litros a los 100, si bien es cierto que se pueden alcanzar los 6,5 litros en el marcador si se realiza una conducción eficiente y sosegada. No hemos conducido la versión de 125 caballos del EcoSport, pero sí el mismo motor en el Ford Fiesta, y nos da la sensación de que con este motor puede reducir su consumo a costa de una menos potencia que, como hemos comentado, tal vez sea innecesaria para un modelo de estas características.

NOBLE PERO NO RÁPIDO

Más allá de su motor, el Ford EcoSport ha mejorado su calidad de rodadura con una nueva suspensión que, según Ford, ahora absorbe mejor las irregularidades del terreno. No obstante, sigue sin ser un vehículo especialmente dinámico, y la suspensión todavía resulta algo blanda. Con el acabado ST-Line equipa una más firme, pero no la hemos probado, y con la de los acabados Trend y Titanium no consigue contener por completo el balanceo de la carrocería en apoyos fuertes. La dirección también se ha puesto a punto para resultar más precisa en curva, pero igualmente es menos directa que en fiesta. En cualquier caso, el Ford EcoSport es un coche noble por sus reacciones previsibles y transmite seguridad si se circula a un ritmo ligero, que no rápido.

En el tráfico urbano se muestra un coche ágil y se desenvuelve con soltura por sus reducidas dimensiones y buena visibilidad. Pese a su altura libre al suelo, su hábitat natural es la ciudad, donde resulta fácil de aparcar casi en cualquier hueco. Eso sí, si el espacio es ajustado, el portón de apertura lateral no lo pone fácil para cargar; es una lástima que no cuente con luneta trasera de apertura independiente ni siquiera en opción, lo que solventaría en parte este problema.

ECONÓMICO Y DIFERENCIADO La gama del Ford EcoSport tiene un precio de partida de 13.990 euros con el motor de gasolina 1.0 EcoBoost de 100 caballos y el acabado de acceso Trend, y 16.000 euros si se opta por la versión de 125 caballos con acabado Trend+. Para equipar el cambio automático, sólo disponible con el motor EcoBoost de 125 caballos y a partir del acabado Trend+, es necesario abonar 17.400 euros. La mecánica de 140 caballos va asociada necesariamente al acabado Titanium, por 16.708 euros, o al ST-Line por 18.208 euros. Las mecánicas Diesel parten de 15.560 euros en la versión EcoBlue de 100 caballos con acabado Trend, y 17.360 euros en la versión de 125 caballos con acabado Trend+. La única versión con tracción total, el 1.5 EcoBlue de 125 AWD, va asociada necesariamente al acabado ST-Line y tiene un precio de 19.941 euros.

Así, el Ford EcoSport 1.0 EcoBoost de 140 caballos con tracción delantera, cambio manual y acabado Titanium, que hemos probado es más barato que la mayoría de sus competidores. Tanto el Seat Arona, como el Hyunday Kona son modelos notablemente más caros, pero también están mejor equipados y presentan un mejor comportamiento dinámico. Sólo el Kia Stonic 1.0 TGDi de 120 caballos es más económico, pero también es menos potente y, en comparación con la versión de 125 caballos del EcoBoost, éste último también es más económico.

En definitiva, el Ford EcoSport es un modelo eminentemente urbano que ofrece un comportamiento ágil en ciudad y práctico para un uso familiar y sosegado. En nuestra opinión, el motor de 140 caballos es más potente de lo necesario, y la versión de 125 caballos puede resultar una mejor elección por su menor consumo. Su precio hace de él una opción interesante frente a sus competidores, y su estética puede resultar atractiva para aquellos compradores que busquen un punto de vista diferente en un segmento cada vez más competido.