Este coche aspiraba a superar el récord de venta en subasta, pero se ha quedado corto

La casa de subastas RM Sotheby's estaba preparada para bajar el martillo el 13 de noviembre por la suma más alta jamás conseguida por un coche en un evento de este tipo.

Hablamos de un Ferrari 250 GTO de 1962 que sabe lo que es participar en los 1.000 Kilómetros Nürburgring y en las 24 Horas de Le Mans. En la primera prueba fue el mejor de su clase y el segundo de la general y en el 'Infierno Verde' tuvo que abandonar por sobrecalentamiento del motor.

Una historia por la que aspiraba a superar la cifra de 45,7 millones de euros por la que se bajó el martillo en 2018 por otro Ferrari 250 GTO, que por supuesto no tenía toda la experiencia que la unidad del deportivo que se va a subastar en menos de un mes.

Además de todo esto, el automóvil protagonista de este artículo ganó el Concurso de Elegancia de Amelia Island en 2011.

'El Único', como lo promociona la propia casa de subastas, es exclusivo porque, de las 34 unidades que se fabricaron, Ferrari eligió esta para adaptarla a la competición en 1962. Cambiaron el motor V12 de 3.0 litros por uno de 4.0 litros y la Scuderia Ferrari compitió oficialmente, no como otras unidades que acabaron destinadas a pilotos privados.

De los 300 caballos que rinde en origen, para Le Mans llegaría con un total de 390 caballos, y con unas particulares luces situadas bajo los intermitentes, que mantiene todavía este deportivo.

Lo que no está ya es el bloque más potente, puesto que Ferrari devolvió el 250 GTO a su estado original a nivel mecánico, antes de vendérselo a un particular.

Quedaba por ver la cifra que lograba el clásico italiano, que podría haber hecho historia.

Sin embargo, esta unidad se ha tenido que conformar con unos nada despreciables 43,9 millones de euros, tasas aparte. Aunque no se ha conseguido el récord esperado, sigue siendo uno de los automóviles más caros jamás vendidos en subasta.