Elon Musk odia los sindicatos. Esto es lo que piensa de ellos

La huelga comenzó el pasado 15 de septiembre y está convocada por el principal sindicato del motor, el United Auto Workers o UAW, que tiene 400.000 afiliados. En los últimos días ya se ha extendido a los tres principales fabricantes del país por volumen: General Motors, Ford y Stellantis. 146.000 miembros del UAW trabajan para ellos. Los trabajadores de Tesla no están sindicados y Musk es un ferviente opositor de tales organizaciones.

El UAW pide un aumento de salario para los trabajadores que sea proporcional a lo que ha subido el salario de los ejecutivos durante los últimos cuatro años. Esto significa un incremento del 40%, un porcentaje a todas luces remarcable que también permitiría compensar todos los esfuerzos hechos desde la crisis financiera de 2008.

El sindicato también reivindica la jornada laboral de 32 horas o cuatro días laborables, y que todo lo que sobrepase esta cifra se remunere en concepto de horas extras.

Dos semanas después, la huelga empieza a dar frutos. Ford y General Motors ya han ofrecido subidas de sueldo del 20%, mientras que las diferentes marcas que integran Stellantis también han propuesto un incremento del 21%. Aun así, las negociaciones siguen en marcha y desde el UAW aseguran que todavía difieren en puntos clave.

En las últimas horas, los trabajadores del UAW han recibido el apoyo del presidente de Estados Unidos. Joe Biden se dejó ver en un piquete de Michigan y declaró públicamente que los trabajadores “se merecen” lo que piden. Es la primera vez en el último siglo que el máximo dirigente del país se une públicamente a una reivindicación de estas características.

La bolsa de votantes es tan grande que incluso el expresidente Donald Trump, aspirante republicano a las presidenciales de 2024, se ausentó de un debate de su partido para ofrecer un discurso en Michigan un día después de la visita de Biden. Trump se erigió en defensor de la industria americana y cargó contra el actual presidente.

LA POSICIÓN DE TESLA

Elon Musk está en contra de la huelga del Big Three. “Quieren un aumento del 40% y una jornada laboral de 32 horas. Está claro que quieren llevar a General Motors, Ford y Chrysler a la bancarrota por la vía rápida”, ha escrito en su perfil de Twitter.

They want a 40% pay raise *and* a 32 hour workweek. Sure way to drive GM, Ford and Chrysler bankrupt in the fast lane.

— Elon Musk (@elonmusk) September 26, 2023

Las fábricas e instalaciones de Tesla no están entre las infraestructuras afectadas por la huelga del UAW. El motivo es bien simple: los empleados de la marca de Elon Musk no están sindicados. Ninguno de ellos.

La oposición de Tesla a los sindicatos no es un rara avis en el mercado laboral estadounidense. Según datos del segundo trimestre, en el conjunto de Estados Unidos, los trabajadores afiliados representan solamente el 10,1% de la fuerza humana del sector privado.

Existen motivos que explican esta baja afiliación. Uno de ellos, los esfuerzos activos que las propias compañías llevan a cabo para sofocar la organización de sus trabajadores. Estos esfuerzos les cuestan un mínimo de 433 millones de dólares por año, según se desprende de un informe del Economic Policy Institute.

En el caso del motor, el Union Auto Workers encontró su feudo en la próspera industria de Detroit, donde arraigó en el Big Three: Ford, General Motors y Stellantis. En las últimas décadas, sin embargo, cada vez más marcas han virado su interés a estados del sur por la menor implantación de la sindicación y, en esencia, la posibilidad de acceder a mano de obra más barata.

Por lo que la postura de Elon Musk, que prefiere tener el control completo sobre su compañía, no es una rareza en el sí de Estados Unidos. El crecimiento exponencial de Tesla en los últimos años, sin embargo, ha propiciado múltiples intentos de afiliación, todos ellos sofocados por la misma compañía antes de que proliferaran.

El UAW ha intentado arraigar en Tesla desde 2016, pero siempre sin éxito. Cuando Tesla compró la fábrica de Fremont –ahora su gigafactoría insignia–, sus empleados estaban sindicados. Con el cambio de manos, sin embargo, la cosa cambió. Algunos empleados trataron de integrarse en el UAW, pero Tesla cortó por lo sano y los despidió.

Es el caso de Richard Ortiz, que fue echado en 2017 cuando promovía la afiliación. Ortiz llevó el caso a la justicia alegando que su despido era ilegal y ganó, pero para eso tuvo que esperar seis años. En abril de este mismo 2023, un tribunal federal falló a su favor y obligó a Tesla a reincorporarlo.

En medio de ese litigio, en 2018, Elon Musk publicó un mensaje en Twitter donde negaba que sus trabajadores estuvieran coartados. Dijo, sin embargo, que de hacerlo perderían opciones de adquirir acciones de la compañía. "Nada impide al equipo de Tesla votar a favor de un sindicato. Lo podrían hacer mañana, si quisieran. ¿Pero por qué pagar a los sindicatos y renunciar por nada a opciones en acciones? Nuestro registro de seguridad es dos veces mejor que cuando la fábrica estaba en UAW y todo el mundo tiene cobertura médica".

Ese mismo año, acusó a UAW de estar detrás del declive de la industria del país. "Llevaron a General Motors y Chrysler a la bancarrota y perdieron 200.000 puestos de trabajo de personas a las que se suponía que tenían que proteger, incluyendo a los trabajadores de la planta de NUMMI –que acabó siendo la gigafactoría de Fremont–. Tesla tomó el relevo y ahora tiene más de 10.000 puestos de trabajo. El UAW destrozó la industria de la automoción americana, que en su día fue grande, y todo el mundo lo sabe".

Entre 2017 y 2018, Tesla también monitorizó la actividad en redes sociales de trabajadores que veía implicados en los esfuerzos de afiliación. La cadena CNBC así lo reveló en una investigación publicada en 2022 que probaba que se había contratado a una empresa externa para tal seguimiento. Fuentes anónimas dijeron a la cadena que sospechaban que Tesla seguía monitorizando este tipo de perfiles en 2022.

El último gran encontronazo de Tesla con los sindicatos ha ocurrido este mismo 2023. En febrero, empleados de una fábrica de Buffalo vinculados al proyecto Tesla Autopilot anunciaron que iban a organizarse. Un día después, 30 personas involucradas en tal acción perdieron su puesto de trabajo.