El presidente de CATL se sincera sobre Elon Musk: "Su problema es que promete de más"

CATL es el mayor fabricante de baterías de todo el mundo. Tiene una cuota de mercado del 38,5% según cifras de 2023 y es un socio estratégico de Tesla. Colaboran codo con codo en la gigafactoría que la marca de coches tiene en Shanghái y también en otros proyectos. Sin ir más lejos, está previsto que en 2025 Tesla empiece a ensamblar baterías en Estados Unidos que contarán con la licencia de la misma CATL.

Robin Zeng es el fundador y presidente de CATL y su colaboración histórica con Elon Musk le ha permitido tener acceso como pocos al visionario detrás de Tesla. Zeng valida su hoja de ruta y cree que lleva la empresa por el camino correcto, pero al mismo tiempo reconoce en público que el mismo Musk sabe que en muchas ocasiones de pasa de optimista. Según el mismo Musk, no tiene sentido pensar a más de dos años vista porque eso es “una eternidad”.

“Su problema es que promete de más”, ha dicho Zeng en una entrevista concedida a la agencia Reuters.

“Yo he hablado con él. Puede que una cosa necesite cinco años, pero él dice que son dos años. Le he preguntado por qué –lo hace– y me ha dicho que él quiere motivar a la gente”.

“Es probable que él mismo piense que eso va a necesitar cinco años, pero si te lo crees de verdad cuando dice que van a ser dos años estarás en apuros. La dirección es la correcta”.

El presidente de CATL no se ha referido a ningún producto en concreto, aunque en los últimos meses Tesla ha estado en el ojo del huracán por el escepticismo sobre sus promesas sobre la llegada inminente de la conducción autónoma total.

A mediados de octubre, Tesla presentó un taxi autónomo llamado Cybercab con la promesa de que sería una realidad en 2026. Se trata de un vehículo que no cuenta con volante ni pedales, y que se desplegaría en las principales ciudades del mundo para transportar a pasajeros.

La idea de Tesla es que esta tecnología llega a la carretera en 2026, pero no está claro que sea así. Lo primero es obtener luz verde de los entes regulatorios, que podrían oponerse. Y lo segundo sería que el Cybercab estuviera listo para entrar en funcionamiento de una forma fiable.

Elon Musk tiene un historial de exceso de optimismo, en cuanto a previsiones. Un ejemplo reciente es el Tesla Cybertruck, que se presentó en forma de prototipo a finales de 2019. La idea original era que su producción comenzase a finales de 2021, pero finalmente hubo que esperar dos años más, hasta 2023. Y, aun así, lo hizo con menos autonomía de lo prometido inicialmente.

El caso más infame de todos es el de la segunda generación del Tesla Roadster, que de momento ya acumula cuatro años de retraso. Su lanzamiento estaba previsto para 2020, pero de momento no se sabe nada al respecto. De momento, lo único que existen son imágenes digitales de su prototipo y una declaración de intenciones sobre sus prestaciones, que tras tanto tiempo son simple papel mojado.

El presidente de CATL confía en el liderazgo de Elon Musk. Por mucho que sus productos lleguen tarde al mercado, lo cierto es que finalmente acaban llegando. Cree que “lo apuesta todo” en materia de conducción autónoma y piensa que “va en la dirección correcta” al apostar por un sistema de cámaras externas e inteligencia artificial.

En lo que Zeng sí difiere, sin embargo, es en materia de baterías. Tesla ocupó titulares hace años al innovar con una celda de batería cilíndrica llamada 4680, pero el mandamás de CATL cuestiona su idoneidad.

“Eso fallará y nunca triunfará. Hemos tenido un gran debate y se lo he enseñado. Se quedó en silencio. Él no sabe cómo hacer una batería. Lo importante es la electroquímica. Es bueno con los chips, el software, el hardware, las cosas mecánicas”.