El check del año: de copilotos en la subida a Goodwood del 'Festival of Speed'

Ineos nos invitó a un excelente programa para Goodwood, y es que la marca está dando vida a nuevas versiones del 4x4 Grenadier, pero de esto ya hemos hablado en otros artículos así que vamos al lío: la subida. El coche que nos toca es el Grenadier Kavango, un exótico modelo preparado para safaris que se fabrica en Botswana, el corazón de África, desde donde ha llegado esta unidad. El parabrisas está plegado hacia adelante, las ventanillas no existen, el techo es un tubo con una lona a su alrededor y los asientos... no son de coche, sino algo así como unas cómodas butacas donde los que van de safari se sientan durante horas para divisar tigres, panteras, jirafas o lo que quiera que haya por aquéllos lares. Nosotros vamos a ver a unos 30.000 aficionados que esperan el rugido de motores de coches deportivos, así que seguro que se quedarán un poco atónitos.

Los preparativos son, no lo voy a negar, un poco aburridos. La comitiva de Ineos, con nada menos que siete coches, formamos una fila... justo al lado del espacio Cartier, dedicado este año al diseñador Marcello Gandini, así que admiramos sus mejores obras para hacer tiempo: Lamborghini Miura, Diablo, Alfa Romeo Montreal, Citroën BX... sí, sí, Gandini hizo coches para todos los gustos. A su lado, unos seis Pagani Zonda y algunos de los Bugattis más bonitos que he visto en mi vida, como un 57 Atlantic que vale más que todos los adosados de mi vecindario.

Nos avisan para subir al coche y yo mismo voy de copiloto: nuestra comitiva es curiosa: un Ineos con una lancha, otro de carreras, otro enorme como un big-food americano, el nuevo y el prototipo V8 y nuestro coche, que va justo detrás del de carreras, que es el que más ruido hace y el que deleitará a los aficionados.

En el camino a la subida nos vamos cruzando con todos los coches que suben antes que nosotros en sentido contrario –cosas del tráfico–: todos los BMW M5, un montón de Alpine, varios McLaren, muchos Ferrari, la verdad es que es un disfrute verlos... hasta que llega nuestro momento y ¡maldición! justo termino de apagar la cámara del móvil.

Empezamos la subida y poco a poco nos metemos en la zona de público, recta, curva amplísima a derechas. Nos saludan mientras sube la velocidad y el viento aumenta contra nuestras caras –recordemos que el parabrisas está bajado–. Mi sonrisa debe ser sideral. Por un momento pienso en ponerme en pie, agarrarme a la estructura de tubo y saludar al público, sería un puntazo, una de esas anécdotas que contar luego, pero en la cola del paro, así que nos quedamos sentados y disfrutamos de la gran perspectiva que tienen todos los coches que hacen esta subida. Parecen las carreras de Ascot: balas de paja, césped, elegantes gradas y un público muy educado, aunque vestido de sport y no de etiqueta.

El público sonríe al paso de este 'mega-tuc-tuc' con ocho pasajeros, hasta que al pasar entre los árboles, justo donde no hay público, ¡el coche de delante se para! Hay un charco de gasolina en el suelo y frenamos a prudente distancia. Si están cronometrando llegaremos los últimos destacados, pero, a cambio, habremos hecho la subida a Goodwood más larga de la historia. Comisarios y piloto se afanan por intentar apartar el coche del camino..., sin éxito, hasta que se enciende una chispa –mental se entiende– y el preparador del coche de carreras, que a su vez es el piloto se encarama debajo del coche y une dos tubos que se habían soltado. El Ineos con homologación de carreras FIA arranca y seguimos hasta pasar por el precioso arco de 'FINISH'.

Allí están aparcados, como nosotros, algunos de los mejores deportivos del mundo, y no desentonamos, nuestro coche es diferente, exótico, especial... y ha subido cargado de gente. La bajada es menos emocionante pero, pase lo que pase, este mismo verano contaremos aquello de "¿os he contado cuando subí la Colina de Goodwood?". Yo ya sé cómo empezar la historia "pues sí, allí estábamos Fernando Alonso, Marc Gené, Dani Sordo, yo mismo... entre todos sumamos varias victorias de Fórmula 1, Le Mans y Rallies del Mundial" y después de las risas les contaré esta misma historia: Mi propia subida en Goodwood. Inolvidable.