Coches y políticos: Sánchez es muy de híbridos, Casado apuesta por los eléctricos
Los candidatos a la presidencia de gobierno, Pedro Sánchez y Pablo Casado, han mostrado sus posturas ante el futuro de automóvil y intenciones políticas respecto a la movilidad eficiente. No obstante, tras las elecciones del 28 de abril, el futuro Gobierno heredará un sector que ya encadena cuatro meses de caída en las exportaciones y un parque móvil envejecido.
El próximo 28 de abril se celebrarán en España las elecciones Generales al Congreso de los Diputados y el Senado, y su resultado puede tener importantes connotaciones en el sector del automóvil y su desarrollo durante los próximos años.
Recientemente, el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en Consejo de Ministros el Real Decreto por el que se dotaba con 65 millones de euros –los 45 millones iniciales más otros 20 millones adicionales– al Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible –Moves–. Esta medida entronca con las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribero, en relación a los híbridos y su preferencia por ellos, tras la publicación del anteproyecto de Ley Cambio Climático y la anunciada prohibición de venta de vehículos Diesel en 2040 y su circulación diez años más tarde.
En este sentido, hace sólo unos días que el presidente del Partido Popular y candidato a la presidencia, Pablo Casado, anunció durante su visita a la fábrica de Renault en Palencia que, si gobierna, no prohibirá el Diesel, y apostará por una tributación beneficiosa para la compra de vehículos eléctricos, así como la instalación de puntos de carga en las ciudades.
En cualquier caso, e independientemente de quién encabece el gobierno tras las próximas elecciones, el futuro inquilino de la Moncloa heredará un parque móvil del estado formado por 35 vehículos con una antigüedad media de 10 años, aunque algunos ya rozan la mayoría de edad. De todos ellos, el 43% son modelos híbridos, adquiridos durante el gobierno de Sánchez, que contrastan con las tres unidades blindadas de Audi A8 con motor de gasolina, la última de las cuales se compró en 2017 bajo el mandato de Rajoy.
Así pues, el nuevo ejecutivo deberá afrontar un sector del automóvil que ya encadena cuatro meses de caída en las exportaciones de vehículos y un recesión en las ventas de turismos respecto al año anterior. Un panorama nada halagüeño para un sector en plena revolución y fundamental para nuestra economía nacional.
