BMW M8 2020: Coupé y Cabrio, sólo en versión Competition

El BMW Serie 8 encuentra su origen en el año 1989, si bien su fabricación se detuvo una década después. La versión actual del modelo llegó en 2018, y desde su misma presentación se intuyó que una variante deportiva 'M' era cuestión de tiempo. Ésta ya es una realidad, y supone la primera de estas características en llegar a producción. No obstante, a principios de los años '90 hubo un BMW M8 prototipo que se utilizó para desarrollar el motor que luego montaría el McLaren F1.

Las carrocerías Coupé y Cabrio sólo llegan en versión Competition, mientras que la Gran Coupé también ofrece el motor menos potente, que no obstante llega a 600 caballos. Rivales claros no tiene ninguno por el enfoque que tiene el coche, pero este BMW M8 Competition puede equipararse a modelos como el Mercedes-AMG S 63 4MATIC+ Coupé o el Aston Martin DB11.

BMW M8 COMPETITION 2020: EXTERIOR

La estética del BMW M8 deja claro desde el primer momento que estamos ante un vehículo fuera de lo común. Cuenta en su frontal dotado de unas entradas de aire mucho más grandes que las del Serie 8, una parrilla con lamas dobles de color negro, aletas más anchas y unos retrovisores, alerón y difusor traseros diseñados específicamente para esta versión.

Opcionalmente se pueden añadir las piezas M Carbon, que incorpora una serie de piezas en fibra de carbono, exactamente el material en el que está hecho el techo del Coupé. En el caso del Cabrio contamos con una capota de lona que se puede abrir y cerrar en 15 segundos hasta una velocidad de 50 kilómetros/hora.

El BMW M8 Competition Coupé tiene una longitud de 4,87 metros, una anchura de 1,91 y una altura de 1,36. La distancia entre ejes es de 2,83 metros. En la versión descapotable tan sólo cambia la altura, que desciende 9 milímetros.

El BMW M8 cuenta de serie con llantas de 19 pulgadas, pero al estar disponible en España sólo la variante Competition, en nuestro mercado éstas son de 20. Los neumáticos con de 275/35 en la zona delantera y de 285/35 en la trasera.

BMW M8 COMPETITION 2020: INTERIOR

El habitáculo del BMW M8 Competition cuenta con unos asientos exclusivos de cuero, así como unas botoneras específicas, insignias M8 y una serie de gráficos en las pantallas que no se encuentran en el resto de versiones del Serie 8. Los asientos de la versión Cabrio son ligeramente diferentes al incluir la salida de la calefacción a la altura de la nuca. En la parte trasera hay otros dos asientos en ambas versiones, aunque el espacio que ofrecen hacen de ellos algo meramente testimonial.

El BMW M8 Competition ofrece el cuadro de mandos digital BMW Live Cockpit Professional, cuyo tamaño es de 12,3 pulgadas, mientras que la pantalla del sistema de infoentretenimiento es de 10,25. Éste, por cierto, cuenta con el BMW Intelligent Personal Assistant, capaz de reaccionar a órdenes emitidas con un lenguaje natural. También se puede manejar de forma táctil o mediante el controlador redondo situado en la consola central.

El volante deportivo M viene de serie, e incorpora los botones M1 y M2 ya vistos en otros modelos de la marca. Con ellos se puede acceder a diferentes ajustes en marcha y de una forma rápida y eficaz. En la consola central aparece el nuevo botón Setup, que facilita un acceso directo a los ajustes del motor, los amortiguadores, la dirección, el sistema M xDrive y el sistema de frenos, que se pueden programar según las preferencias personales y las condiciones de marcha. También es posible guardar dos combinaciones  individuales de estos ajustes M, con las preferencias del conductor para el sonido del motor, las características del funcionamiento de la caja de cambios, el control de estabilidad y la función Start/Stop. También es nuevo el botón M Mode, situado justo al lado del anterior. Con él se puede modificar la respuesta de los sistemas de asistencia a la conducción, la información que se muestra en la instrumentación y el Head-Up Display. El M Mode activa los ajustes Road, Sport y Track, este último para su uso exclusivo en circuito. Al cambiar de modo se puede modificar la información que se muestra en las pantallas. Asimismo, también se modifican algunas intervenciones de seguridad en elementos como el freno, la dirección o los sistemas de estabilidad.

La capacidad del maletero del BMW M8 Competition Coupé es de 420 litros para la versión coupé, mientras que en el caso del descapotable esta cifra se reduce hasta 350.

BMW M8 COMPETITION 2020: EQUIPAMIENTO

El equipamiento de serie del BMW M8 Competition ofrece de serie un Head-Up Display con información específica 'M', el asistente de aparcamiento con cámara marcha atrás, el cuadro de mandos digital BMW Live Cockpit Professional y la llave BMW Display Key con pantalla, que permite activar algunas funciones del coche en remoto.

La versión más deportiva del Serie 8 también ofrece ayudas a la conducción como el control de crucero activo, el BMW Night Vision, o el Driving Assistant Professional, que engloba sistemas como el asistente de dirección, el de permanencia en carril con protección activa de colisión lateral o la alerta de tráfico cruzado, entre otros.

BMW M8 2020 COMPETITION: MECÁNICA

El motor del BMW M8 Competition es exactamente el mismo que el del M5 Competition. Eso quiere decir que se trata de un V8 de gasolina de 4.4 litros TwinPower Turbo capaz de entregar 625 caballos de potencia y un par máximo de 750 Newton metro. El BMW M8 Competition es capaz de acelerar de 0 a 100 kilómetros/hora en 3,2 segundos. Eso en el caso del Coupé, puesto que la versión Cabrio pierde una décima de segundo al completar el mismo 'sprint'.

El BMW M8 Competition Coupé homologa un gasto de carburante de entre 10,5 y 10,6 litros a los 100 kilómetros, mientras que el Cabrio eleva estas cifras hasta 10,6 y 10,8. En cuanto a emisiones, el Coupé anuncia entre 238 y 242 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y entre 241 y 246 para el Cabrio.

Asociado al motor hay un cambio automático M Steptronic de ocho velocidades por convertidor de par. Se pueden seleccionar tres modos de conducción, uno más eficiente y dos deportivos, además de ofrecer la posibilidad de manejar el cambio manualmente con las levas que están situadas detrás del volante.

El sistema de tracción del BMW M8 es el M xDrive, que incluye diferencial activo en el eje trasero. Existen tres modos de funcionamiento, que son 4WD, 4WD Sport y 2WD. En los dos primeros son las ruedas traseras las que impulsan al vehículo, aunque si se detectan pérdidas de tracción el sistema envía par al tren delantero para corregirlas. El último convierte al M8 en un modelo de propulsión, y para activarlo se requiere la desconexión del control electrónico de estabilidad.

Respecto al sistema de frenado, viene de serie con discos de aluminio y hierro. Los delanteros son de 395 milímetros y los traseros de 380. Como opción están los discos carbocerámicos, que en el caso de los delanteros aumentan hasta 400 milímetros. En cualquiera de los casos se equipa una nueva función que permite modificar el tacto del pedal de forma electrónica.

La puesta a punto del chasis se ha llevado a cabo para satisfacer tanto el confort en marcha como para obtener un elevado rendimiento en circuito. Para ello cuenta con elementos como unos brazos forjados M o unas barras estabilizadoras más rígidas. En la parte frontal hay barras de refuerzo que unen las torretas de suspensión con el tabique delantero y con un panel de carga excepcionalmente rígido. El eje trasero, que es direccional, también incorpora componentes de diseño individualizado como un refuerzo en X de acero y uno transversal de aluminio que proporcionan una unión aún más estable entre él y el chasis.

Los nuevos BMW M8 Competition están equipados de serie con un sistema de suspensión adaptativa con ajustes específicos M, con amortiguadores controlados electrónicamente y dirección electromecánica M Servotronic. El sistema DSC está coordinado con el de tracción total M xDrive y con el diferencial activo M , que también ofrece un modo dinámico M . Este modo permite un mayor grado de deslizamiento de los neumáticos y funciona conjuntamente con el sistema M xDrive.

BMW M8 COMPETITION: IMPRESIONES DE CONDUCCIÓN

Sideral. Rápido a más no poder. Emocionante. Puedo seguir así mucho rato, pero lo cierto es que es prácticamente imposible describir con palabras lo que le hace sentir a uno el BMW M8 Competition, en este caso la versión Cabrio que he probado. Vamos a intentarlo. Y para ello tenemos que hablar de limitaciones, porque si tengo en cuenta que mi 1,74 de altura quedaba embutido en el asiento del conductor, me cuesta pensar que personas de mucha más talla puedan conducir de forma cómoda y segura este coche. Sentado frente al volante todo parece estar más cerca de lo que uno puede imaginar. Perfecto para llevar el M8 al ritmo que puede. O más bien al que uno puede, porque extraer el máximo de este coche es algo que queda reservado para manos privilegiadas.

Este puesto de conducción compacto no impide sin embargo tener una más que correcta visibilidad de casi todo lo que es importante. Sólo una pega, el espejo retrovisor izquierdo. Al realizar algunas maniobras marcha atrás la visibilidad que ofrece es algo limitada. No obstante, esto lo compensan las cámaras que muestran en la pantalla del sistema multimedia una visión completa de lo que sucede a nuestro alrededor. En cualquier caso, el diseño de los retrovisores es específico, y seguro que sus aerodinámicas formas son en parte responsables de que no sean todo lo efectivos que deberían. Un mal menor, en todo caso.

Mención aparte merece también el volante deportivo M. Su aro es bastante grueso, y desde luego toda una gozada de manipular, sobre todo alta velocidad cuando de forma inconsciente se agarra con más fuerza. Además, la disposición de todos los mandos que incorpora, que no son pocos, asegura un acceso sin problema. También a las levas del cambio, que tienen un tamaño perfecto y se mueven de forma solidaria con el volante. Hablando de éste, por cierto, también hay que comentar lo directo de su tacto. Da igual el modo de conducción que esté activado. La dirección es 100% BMW. Precisa y reactiva, como debe ser en un deportivo de altos vuelos.

Que el BMW M8 Competition iba a ser cómodo en desplazamientos por autopista ya se intuía. Su base es el Serie 8, que ya destaca en este aspecto. Pero a un 'M' se le mide en las curvas. ¿Cómo iba a reaccionar éste con sus 4,87 metros de largo? Ésta era una de mis grandes dudas, acentuada porque la versión que he conducido es la descapotable, algo más pesada que el Coupé. Desde BMW aseguran que ambas rinden exactamente igual. Igual de bien, puntualizo. Porque cuesta creer la soltura con la que encara los virajes este vehículo. Todo su chasis trabaja al unísono para no ofrecer ni un ápice de subviraje. Y cuando éste amaga con aparecer, ahí está el eje trasero direccional para espantarlo. Ni que decir tiene que el sobreviraje depende de lo que le pese a uno el pie derecho, especialmente si se activan los modos 4WD Sport o 2WD. El primero ya permite jugar con la trasera incluso por encima de lo recomendable en el ámbito urbano. Del modo de propulsión mejor no hablamos. Está reservado para circuitos y sólo es apto para manos expertas.

Sobre el motor, se puede pensar que basta con mirar la ficha técnica para hacerse una idea de lo que puede llegar a correr. Pero no, es imposible. Hasta que uno no vive –sí, del verbo vivir– lo que significa hundir el pedal del acelerador con 625 caballos bajo él no sabe de qué es capaz un propulsor así. Es tal la fuerza que es capaz de desplegar que cuesta mantener el cuello erguido. Y de nuevo da igual el modo de conducción seleccionado. Su naturaleza es la que es. Eso sí, también permite avanzar kilómetros por autovía a bajas revoluciones de forma confortable. El consumo lo agradecerá. Porque el BMW M8 Competition gasta lo que uno quiera que gaste. Una conducción medianamente dinámica puede hacer que se supere la barrera de los 20 litros a los 100 kilómetros con facilidad.

Una de las novedades que aporta este BMW M8 Competition es la posibilidad de modificar el tacto del pedal de freno mediante la electrónica. No pasa de ser una mera curiosidad que aporta un extra de confort en ciudad. En cualquier caso, me pareció que el tacto de pedal más natural se logra con el modo más deportivo. Este sistema, por cierto, está presente tanto con los discos de freno de serie como con los carbocerámicos, que son los que llevaba la unidad Cabrio probada. Estos, no obstante, sólo son necesarios si se piensa meter el coche alguna vez en un circuito.

Y si se habla del Cabrio, hay que hacerlo de lo que supone circular con la capota quitada. Si uno no va a realizar una conducción dinámica vale, pero en el momento que se aumenta el ritmo las incomodidades que se generan son más notables que las ventajas. Además, el sistema para detener el aire que se coloca detrás de los asientos traseros no se despliega de forma manual. Por ello, por el carácter en sí del coche y por estética –esto último, gusto personal puro y duro–, un servidor siempre se quedaría el Coupé.

BMW M8 2020 COMPETITION: PRECIO

El precio de partida en España del BMW M8 Competition es de 192.500 euros en el caso de la versión Coupé, mientras que el descapotable comienza desde 200.500.

REGISTRO DE ACTUALIZACIONES