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Alemania quiere potenciar el hidrógeno... y España podría tener su papel

15/06/2020 10:35

El Gobierno alemán está convencido que los motores del futuro serán eléctricos, pero no descarta que la tecnología de pila de hidrógeno puede ser una alternativa interesante a la tecnología eléctrica. Por ello, dentro de los 130.000 millones de euros que invertirá para relanzar la economía, reservará 40.000 a temas medioambientales y, de estos, 9.000 para la tecnología del hidrógeno.

Mientras China controla la fabricación de las baterías por el momento, en Alemania se han propuesto liderar la producción de hidrógeno a base de aplicar electrolisis al agua en lugar de extraerlo del gas natural porque en este último caso hay notables emisiones de CO2.

Puede parecer a priori un contrasentido gastar cantidades ingentes de electricidad para obtener hidrógeno, transportarlo a las ‘hidrogeneras’ -a no ser que se hagan pequeñas hidrogeneras autosuficientes- y todo para volver a obtener electricidad y vapor de agua. 

Pero el hidrógeno presenta unas ventajas interesantes. El problema real es cómo almacenar y transportar la energía. Los primeros automóviles fueron mayoritariamente eléctricos, porque la electricidad estaba extendida, los motores eran fiables y las necesidades de autonomía limitadas, mientras que había pocos lugares donde se vendía gasolina los motores de explosión no eran muy fiables. Pero cuando estos ganaron fiabilidad y se extendieron las gasolineras, se dieron cuenta de la autonomía y la facilidad de repostar energía de los coches de gasolina, y acabó imponiéndose.

Así que la diferencia entre los coches eléctricos de batería y los de pila de combustible es básicamente cómo almacenan la energía. Las baterías imponen un peso notable del vehículo, ocupan bastante espacio y tienen exigencias de algunos materiales costosos, y por el momento además de requería un tiempo notable de recarga. El repostaje de hidrógeno es tan rápido como el de la gasolina y aunque la tecnología es cara, la economía de escalas puede reducir su precio. Y otro detalle importante es que las baterías utilizan elementos contaminantes.

Alemania piensa en el hidrógeno en óptica 2040-2050. Distintos fabricantes sostienen que será más importante para los vehículos industriales que para los particulares, pero otros insinúan que podría ser al revés, no en vano los camiones de gran ruta necesitan que sus conductores descansen cada 4 horas durante un lapso de tiempo igual.

El plan no se dirige tanto a las propias fábricas y marcas del automóvil sino a soportar la creación de todo el entramado. Quieren tener 5.000 MGW de capacidad eléctrica reservada a la electrolisis en 2030 y el doble en 2040, de forma que el hidrógeno sea la principal fuente de energía para muchos sectores de la industria. Y este plan, para que sea eficaz, obligará a una fuere inversión en energías renovables, un aspecto en el que Alemania no está precisamente muy avanzada.

Thyssenkrupp, RWE, BMW, Audi, el estado de Baviera, Siemens y Bayernwerk ponen en marcha un plan dotado con 660 millones de euros para realizar ‘hidrogeductos’, es decir gaseoductos dedicados específicamente al hidrógeno, con una red de distribución de casi 6.000 kilómetros.

Es curioso, sin embargo, que no se hable de repescar la idea que tuvo en su día BMW de utilizar el hidrógeno en motores de combustión. Llegó a realizar una serie piloto del BMW 750 adaptada a esta combustible y montó una hidrogenera en su sede central. Se usaron como coches de representación de la marca y también para realizar diversos tours de formación. Quizás las emisiones de NOx o problemas de fiabilidad de los motores debidos a la corrosión desaconsejan esta solución.

El plan germano, sin embargo, converge con la decisión de Europa de apostar por el hidrógeno. Europa destinará 30.000 millones de euros durante los próximos diez años para esta transición energética, que puede ser trascendental para el medio ambiente, sobre todo en lo que a calidad de aire y sostenibilidad se refiere. Dado que la ‘combustión’ del hidrógeno produce vapor de agua, las emisiones son nulas.

Estos fondos europeos van destinados en parte a I+D, con objeto de mejorar la obtención del ‘hidrógeno verde’ gracias a la electrolisis utilizando electricidad sostenible, es decir de procedente de renovables. Incluso la posibilidad de ir mezclando hidrógeno con gas natural, para consumir menos energía fósil, está en la agenda.

En España también el gobierno quiere seguir esta senda. Las eléctricas y las compañías de renovables, así como diversas empresas industriales han creado diversas plataformas de estudio al respecto e incluso colaboran con patronales energías de energía. La Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) cree que España podría ser líder en este tipo de tecnología y energía.

Uno de los puntos clave es la gran capacidad de producción de energía renovable que tenemos aquí dadas las condiciones climáticas. El excedente de electricidad no consumida se podría usar para poder producir hidrógeno o almacenarla como hidrógeno en lugar de hacerlo en baterías.

Ambiciosos planes, sí, pero seguramente imprescindibles.