Kia Rio

El Kia Rio 2021 es el restyling de mitad de ciclo de la cuarta generación de un modelo cuyo origen se encuentra en 1997. El principal atractivo de esta puesta al día llega de la mano de la incorporación de dos motores 'mild-hybrid' basados en el 1.0 T-GDI, de tal forma que el vehículo pasa a formar parte de aquellos que pueden lucir la Etiqueta Eco de la DGT. En SoyMotor.com hemos probado la variante de 120 caballos.

El Rio se encuadra en uno de los segmentos más competidos del mercado, donde se enfrenta a gigantes como el Peugeot 208, el Renault Clio, el Ford Fiesta o el Opel Corsa.  

KIA RIO 2021: IMPRESIONES DE CONDUCCIÓN

El Kia Rio lo tiene complicado. Juega en un segmento con rivales de mucha altura que se han hecho fuertes por diferentes causas. Algunos como el Peugeot 208 o el Renault Clio han estrenado generación de forma más o menos reciente; otros como el Dacia Sandero apuntan al bolsillo como principal argumento de compra, mientras que 'clásicos' como el Seat Ibiza o el Ford Fiesta son actores principales de esta parte del mercado desde hace muchísimos años. No obstante, a pesar de estos adversarios y de los que no hemos nombrado, Kia juega sus bazas en el segmento B de la mano de una renovación del Rio que tiene más que ver con lo que no se aprecia a primera vista.

El cambio más importante llega de la mano de la incorporación de dos opciones 'mild-hybrid' a su gama mecánica. Si no nos fallan los cálculos, descuentos incluidos el Rio es el Etiqueta Eco electrificado más barato del segmento, puesto que la versión de 100 caballos puede llegar a tener un precio de 13.300 euros. Insistimos en que dejamos fuera de esta afirmación a los Eco impulsados por GLP o GNC. La versión que hemos probado nosotros es la GT Line con motor de 120 caballos y cambio manual, cuyo coste en las mismas condiciones es de 18.110 euros, 23.200 sin descuentos.

Si uno ha probado anteriormente el motor 1.0 T-GDI en cualquier modelo de Hyundai o Kia no encontrará grandes diferencias en términos de rendimiento. Las hay, sí, pero no son perceptibles en el día a día para el usuario medio. Donde sí que he encontrado cambio es en el consumo. Este propulsor siempre ha sido algo 'tragoncete', pero ahora se queda fácilmente por debajo de los 6 litros a los 100 kilómetros incluso en un recorrido desfavorable como el que realizamos durante la prueba. Por lo demás, lo dicho, se trata de un propulsor que rinde perfectamente en cualquier ámbito, y más en un vehículo ligero como el Rio.

El cambio de nuestra unidad de pruebas era el nuevo iMT de seis velocidades. Todo lo que aporta en términos de eficiencia lo hace de forma automática, con lo que su manejo es exacto al de un manual. El tacto de la palanca, si bien tiene los recorridos algo largos, es suave y preciso. Eso sí, conviene no olvidar que se asocia a un motor de tres cilindros, con lo que las retenciones del mismo al reducir se perciben de una forma mucho más leve que en un tetracilíndrico. Cuestión de acostumbrarse.

Los diferentes modos de conducción –Eco, Normal y Sport– influyen levemente en el comportamiento del vehículo. Especialmente llamativo me ha parecido lo que sucede en la dirección. El tacto esponjoso y excesivamente asistido que tiene se mantiene incluso en el modo más deportivo. Encuentro mejorable la transmisión de sensaciones que aporta precisamente por esto. Si lo comparamos con el Hyundai i20 sí que recordamos más diferencias en este sentido, ya que cuenta con una dirección en modo Sport que reduce la asistencia eléctrica de una forma más marcada y aporta más sensibilidad.

El tarado de la suspensión del Kia Rio es más firme de lo que uno espera, y no es algo que tenga que ver con que nuestra unidad de pruebas fuera una GT Line. Todas las versiones tienen el mismo reglaje. No obstante, tampoco me pareció en ningún momento que esto afectase al confort, ni siquiera a la hora de moverse por entornos urbanos con todas las irregularidades a afrontar que ello implica. Además, esto permite que el Rio sea un coche capaz de aportar un punto de diversión en carreteras viradas.

Lo que sí afecta al confort negativamente es la insonorización del habitáculo. El motor no produce más decibelios de lo que uno puede esperar, pero el viento y la rodadura sí. Es cierto, no obstante, que la prueba del coche se realizó cuando la borrasca Filomena daba sus últimos coletazos por Madrid, con lo que el estado del firme y el clima en sí distaban bastante de ser los ideales.

Respecto a la vida a bordo, el Kia Rio ofrece todo lo que se le presupone a un segmento B. Espacio adecuado en la zona delantera y algo más justo en la trasera. Los más exigentes desde el punto de vista tecnológico echarán en falta un cuadro de mandos totalmente digital, que no está disponible ni en opción, pero a cambio tienen una evolución del sistema multimedia que ofrece bastantes más posibilidades que antes. Además, su manejo resulta bastante intuitivo.

En definitiva, el Kia Rio es una opción a valorar por un cliente que busque un segmento B electrificado y, por tanto, con Etiqueta Eco que puede catalogarse de económico, si bien frente a la competencia peca en algunos puntos que será cada cliente el que tenga que valorar su influencia.