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Toyota apuesta muy fuerte por el hidrógeno

14/06/2020 11:00

El gigante nipón no cesa en su empeño por dibujar un futuro en el que la movilidad por hidrógeno sea tan común e incluso más atractiva que la 100% eléctrica. Ante ello, se ha sabido recientemente su asociación junto a otras cinco entidades automovilísticas chinas de cara a crear un organismo para el estudio y el desarrollo de esta tecnología.

Toyota, el mayor fabricante de coches a nivel mundial, tiene una responsabilidad para con el medio ambiente mayor si cabe que la de otros fabricantes globalmente conocidos pero con un volumen menor de ventas. Por ello es llamativo el hecho de que no tengan una estrategia de electrificación marcada, pues para otros fabricantes de igual calado –Volkswagen o GM–, el futuro es totalmente eléctrico y las cifras de inversión en este sentido son desorbitadas.

Sin embargo, no hay que olvidar que Toyota fue la pionera en poner en el mercado el vehículo híbrido cuando el Prius aterrizó a finales del siglo pasado. Igualmente, ha sido una de las pocas en desarrollar un vehículo alimentado por pila de combustible lo suficientemente funcional como para comercializarlo en distintos mercados del mundo, el Toyota Mirai.

Durante el vigente año, se espera que se presente y se lance la segunda generación del modelo, de la que hemos sabido varios detalles con el paso de los últimos meses. Con esto ya queda claro que la firma nipona ve más futuro en el hidrógeno que otros fabricantes, y así queda claro, pues recientemente se ha sabido su asociación con otras cinco compañías chinas en la creación de una 'joint venture' para la investigación y el desarrollo de este combustible alternativo.

El organismo en cuestión se denominará 'United Fuel Cell System R&D' y, aunque la marca japonesa será la propietaria de un 65% de la misma, la mayor parte del capital será de origen chino. La inversión inicial supera los 45 millones de dólares –al cambio, unos 40 millones de euros–. ¿Su objetivo? Incrementar la eficiencia y durabilidad de estos sistemas sin dejar de lado las prestaciones, todo ello al menor costo posible.

Recordar que, actualmente, el mayor hándicap que sufre la tecnología del hidrógeno es la baja eficiencia en el aprovechamiento energético: apenas se utiliza el 50% de cada kilowatio hora de hidrógeno, frente al casi 80% que se consigue con la electricidad generada de manera directa. Ello es principalmente debido a que este elemento no se encuentra de manera libre en la naturaleza, sino que hay que aplicarle procedimientos para su obtención.

Además, se trata de una forma de energía 'de transición', pues el hidrógeno en este tipo de vehículos no propulsa las ruedas como han experimentado marcas tales como BMW o Aston Martin, si no que se introduce en una pila de combustible, donde tras unas reacciones químicas se desprenden electrones, que son los que se utilizan para mover el vehículo de manera 100% eléctrica. A todo ello hay que añadir las dificultades en el transporte y almacenamiento, pues se debe realizar con sumo cuidado y en recipientes especializados.

Por el contrario, cuenta con ventajas a gran escala tales como elevadas autonomías o la capacidad de recuperar todo este kilometraje en un corto espacio de tiempo, simplemente al repostar en una hidrogenera. Es por ello que gran parte de los objetivos de esta asociación van a ir encaminados hacia los vehículos comerciales, autobuses y camiones, donde esta tecnología tiene verdadero potencial frente a la electricidad pura. Algo que tienen en cuenta otras marcas como Volkswagen, la cual declaró que no está interesada en esta tecnología por esta misma razón. Por otro lado, firmas tan importantes como BMW y Hyundai han mostrado su interés en continuar con sus investigaciones en este campo

Son las ventajes e inconvenientes previamente enumerados los que el organismo tratará de explotar y dirimir respectivamente. Con todo ello, algunos analistas estiman la venta de más de un millón de vehículos a pila de combustible para el año 2035, con mayor éxito en países orientales como China, Japón y Corea.

Para finalizar, ofrecer unos datos que demuestran la equivalencia a día de hoy entre un vehículo eléctrico y otro de pila de combustible en cuanto a emisiones de dióxido de carbono –CO2– se refiere. Según varios estudios, las emisiones de un coche eléctrico durante toda su vida útil –si se aplican los relacionados a la fabricación y recargas– se encuentran en unos valores cercanos a los 150 gramos de CO2/kilómetro. Por su parte, y según la publicación Auto Express, el coche de hidrógeno marca unas emisiones medias de 120 gramos de CO2/kilómetro, por lo que queda claro que no es descabellada la inversión depositada en esta entidad.