Indy 500

Todos queríamos ver ese pelo azul, Alex

31/05/2021 17:38

A finales de 2017 me teñí el pelo de azul. Era otra vida, otros tiempos para mí. Más que un acto de rebeldía o un gesto en busca de atención –quiero creer– fue una especie de liberación interior. Un 'por qué no'.

 

Por eso, cuando Alex Palou accedió a apostarse algo conmigo si ganaba las 500 Millas de Indianápolis, lo tuve claro: '¿y por qué no?' A fin de cuentas, ningún gesto es pequeño cuando ganas una de las carreras más grandes del mundo... y de la historia.


UN CUENTO DE HADAS

Lo hemos visto clarividentemente en el pasado reciente. Tener un accidente en algún momento de las dos semanas que dura la Indy 500 lapida inexorablemente las opciones de victoria final de cualquier piloto. O no de cualquiera, parece.

Palou chocó el pasado sábado durante la clasificación de la Indy 500. A pesar de ello, el equipo Ganassi le reconstruyó el coche en un tiempo récord –Alex les pagó el desayuno a todos sus mecánicos en la mañana del domingo– y el piloto español de apenas 24 años supo reponerse como las piezas de su coche, como si estuvieran mimetizados en un sólo ser, para así desafiar cualquier 'pero' de su confianza. 

Pilotos con muchísima más experiencia han tenido accidentes en entrenamientos libres y no han logrado acertar con el set-up del coche de nuevo o recuperar la confianza en toda una semana. Pero Alex no. En su segunda Indy 500, y pasadas menos de 24 horas de su accidente, Palou salió al Fast Nine y ganó una posición, para salir en segunda fila.

 

 

La recuperación en menos de un día de coche y piloto, y encima esa mejoría de resultado contra pilotos que le doblan –literalmente– la edad no es explicable desde una óptica lógica. Parecía como si Palou y el destino tenían una cita con la historia el domingo 30 de mayo.

Llegó ese día, el de la carrera. Y el hilo del cuento de hadas continuó su cauce para Alex. Las primeras 119 vueltas estuvo en una estrategia de contención, donde le servía rodar quinto o sexto y poder ahorrar combustible y calcular sus movimientos como si de una partida de ajedrez se tratara. 

Tras liderar la vuelta 77 por el desajuste estratégico de sus rivales, Palou volvió a la cabeza de carrera en la vuelta 119 y desde Ganassi le pidieron por radio que liderase o estuviese en segunda posición. Dicho y hecho.

De las últimas 81 vueltas de carrera, Palou lideró 34. En total, lideró más vueltas que el ganador de la cita. Además, el catalán tuvo que liderar una re-salida de bandera amarilla después de ver cómo un accidente de Graham Rahal casi se lo estropea todo. Casi, casi.

No todos los cuentos de hadas, sin embargo, tienen un final feliz. Y el de Alex Palou no lo tuvo. Cierto es que el joven piloto deslumbró ayer a los pocos que no había deslumbrado ya y que ahora lidera el campeonato de IndyCar. Pero eso –le– importará en el futuro, no ahora mismo.


UNA APUESTA INOCENTE

Con la seguridad con la que me dijo que se veía con opciones de ganar este pasado jueves, me vi obligado a preguntarle a Alex si estaba dispuesto a realizar una apuesta conmigo si ganaba la Indy 500, durante el 'Media Day' oficial de la IndyCar y delante de la prensa de todo el mundo.

"Lo que quieras", me dijo Alex. Sinceramente, esperaba que me dijese que prefería no apostar nada. Pero la confianza de Alex no tiene límites. Y estaba fundamentada. Acordándome de cuando yo me teñí el pelo de color azul, le propuse lo mismo, considerando que su coche llevaba ese color en esta prueba.

 

 

Volví a hablar con Alex el sábado por la noche. Unas 20 horas antes del inicio de la carrera. Nos encontramos en una llamada virtual por pura casualidad y le comenté que mi círculo cercano me había 'echado la bronca' por apostar, recíprocamente, que me volvería a teñir de azul. 

Por ello, le comenté a Alex que quizá sólo me teñiría las puntas de color azul, ahora que tengo el pelo más largo. "De eso nada", me respondió. "Te lo pago yo, pero te vas a teñir todo el pelo de color azul", añadió.

Durante la narración de cuatro horas que tuvimos ayer en Youtube y Twitch no paraba de pensar en cómo me tendría que teñir el pelo, porque desde esa vuelta 119, vi claro durante la retransmisión que Alex iba a ganar.


UN FUTURO BRILLANTE

Iba a ganar. Tenía que ganar. Pero su cuento de hadas no le llevó hasta su cita con el destino. Porque al parecer, para el destino, la cita de Hélio Castroneves no podía esperar. A sus 46 años, el brasileño se convirtió en el piloto –empatado– con más victorias de la carrera.

Cuando Castroneves corría en la CART –pre-IndyCar que digamos–, Alex no tenía ni un año. Es por ello que Palou no se pudo enfadar por haberse quedado a menos de cinco décimas de beber leche en la pasada tarde de domingo.

Todo el mundo, muy probablemente, habrá intentado consolar a Alex diciéndole que sólo tiene 24 años y que Castroneves ha necesitado correr 20 veces la Indy 500 para ganar cuatro. Sin embargo, lo que todos hubiéramos querido –creo y me aventuro a decir– es ver ese pelo de color azul, Alex.

Algún día.