El temor a ser sustituido por un robot es real en la industria del automóvil

Hace unos años todavía quedaba lejos eso de pensar que los robots podían desarrollar cualquier tarea humana en industrias como la del automóvil pero lo cierto es que ya hay empresas dispuestas a automatizar por completo sus fábricas.

Lo que hasta el momento se veía y se vendía como apoyo a los trabajadores en la planta, ya suena como una auténtica revolución. Nio, por ejemplo, ha empezado con los recortes de empleados de sus líneas de ensamblaje. Por ahora un 10% sólo, pero con un aumento progresivo hasta llegar a 2027 con un 50% de la plantilla, respecto a los números actuales.

Y no sólo hablan de la categoría obrera, también están en proceso de reducir a la mitad los puestos directivos, de cara a 2025, a sabiendas de que "el 80% de las decisiones relacionadas con la producción de automóviles las puede realizar la inteligencia artificial".

Nio no es el único fabricante que piensa de esta manera. Hyundai tiene en marcha una microfábrica en Singapur con la que aseguran que pueden construir 30.000 coches al año con tan sólo un equipo humano compuesto por 100 personas. El resto son 'máquinas'.

Por ejemplo, el perro robot obra de Boston Dynamics que es capaz de moverse con soltura por cualquier lado de la fábrica y realizar distintos controles de calidad, también en entornos que implicarían un riesgo para una persona y que en este caso se pueden hacer con completa seguridad de que nadie va a resultar herido.

Y obviamente sale más barato sustituir o arreglar un robot que hacerlo con una persona que ha sufrido un accidente fatal. No hay lugar para la ética donde prima la rentabilidad.

En las instalaciones también hay brazos capaces de atornillar todas y cada una de las piezas del automóvil e incorporar el limpiaparabrisas, las ventanillas y la luna trasera. Varios vehículos totalmente autónomos distribuyen los distintos componentes por la planta. Y el futuro pasa por dejar que la IA calibre automáticamente la alineación de las ruedas o que diseñe las llantas más ligeras y eficientes posibles gracias a la información recopilada en base a su experiencia.

La labor humana queda en un segundo plano, más destinada a tareas muy específicas que las máquinas todavía no puedan completar o como meros responsables de que todo funciona según lo planeado.

Lo de Hyundai no es más que un escaparate de momento, una declaración de intenciones de lo que podría ocurrir en los próximos años. Una reinterpretación de la forma de fabricar automóviles, en la que se abandona el concepto de línea de fabricación tradicional.

Lo que utilizan son células en las que se completan varias tareas del proceso de producción, sin tener que ir pasando de un sitio a otro para completar cada uno de los montajes. Esto quiere decir que no se necesitan enormes instalaciones. También que hay mayor flexibilidad, de manera que la célula podría pasar de trabajar con un modelo u otro con una simple orden o lectura del código correspondiente.

No es la gigafactoría que Tesla tiene en Texas, con una superficie similar a las de 100 campos de fútbol y una capacidad para producir 250.000 automóviles cada año.

Los trabajadores no son ajenos a esta realidad en la industria automovilística. De hecho, en Estados Unidos los hemos visto mover ficha de la mano de United Auto Workers.

Pedían a los gigantes Ford, Stellantis y General Motors recuperar derechos laborales perdidos hace años, por supuesto, pero también buscaban alargar su estancia y su sustento todos los años que sea posible y con las mejores garantías.

Y todo este asunto no es algo que esté exclusivamente relacionad con el desarrollo de robots y de la Inteligencia Artificial, que también, sino que el coche eléctrico también está detrás de esta bajada de la necesidad de mano de obra.

Jim Farley, CEO de Ford, ya auguró que con la nueva era de vehículos 100% eléctricos llegará un momento en el que podrán prescindir del 40% de sus trabajadores. ¿La razón? Hay menos piezas que ensamblar.

¿No empieza todo a parecerse al entorno planteado en la película 'La rebelión de la máquinas'?