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¡Acabad con el Diesel! El constante bombardeo de una idea discutible

Fernando Sancho
12/08/2018 09:52

Joseph Göbbels, Ministro de Propaganda del III Reich, popularizó la frase "una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad". Si bien esta expresión es previa al propio Göbbels y se utilizó con una connotación sectaria, la consigna es válida para muchos aspectos del mundo actual. En la sociedad de la información –y la desinformación– hay mentiras instauradas como si de un dogma de fe se tratase. Quizá una de las más grandes en el sector del automóvil hace referencia a los motores Diesel.

No es muy difícil encontrar en periódicos, en internet o en la televisión alevosas críticas contra el uso de los vehículos Diesel, descritos como principales causantes de la enorme contaminación que hay en las grandes urbes. Incluso desde las instituciones se señala con el dedo al Diesel sin importar los enormes matices que hay. No todo es negro como el petróleo ni blanco, y repetir una y otra vez que hay que erradicar el Diesel porque es más contaminante no hace esta afirmación verdad. De hecho, en ciertos aspectos es al contrario.

El mensaje instaurado y que penetra en la sociedad es que el Diesel es más contaminante que la gasolina y que por lo tanto hay que acabar con él. Una suerte de demonización energética sin fundamento técnico, químico y ecológico, entre otras cosas porque esconde una mentira muy grave. Los motores Diesel no contaminan más que los motores de gasolina, tipo de combustible este último que, curiosamente, es más caro y sufre una carga impositiva mayor que el Diesel. Es como mínimo para analizarlo.

Con la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a la cabeza, la posición del Gobierno y de las autoridades locales es firme, con un evidente 'veto' al Diesel. Una forma de actuar que asociaciones como Ganvam –Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor– consideran como inapropiada y como una forma de lanzar "dardos sin fundamento". Además del hecho contaminante, que analizaremos a continuación, Anfac recuerda que 40.000 personas y 17 fábricas en España se mantienen gracias a la producción de vehículos Diesel.

 

LAS CIFRAS

Al final, conviene ir a la base del problema. Cualquier vehículo con motor de combustión crea y emite dos tipos de sustancias contaminantes. Por un lado, está el dióxido de carbono, CO2, sustancia que contribuye decisivamente al calentamiento global causado en gran medida por el efecto invernadero, aunque en sí mismo no es tóxico para el ser humano. Por otro, hay sustancias que sí son muy nocivas como los óxidos nitrosos o el monóxido de carbono. Y aunque es cierto que los motores Diesel antiguos emitían estas últimas en cantidades realmente altas, los actuales propulsores han acabado con este problema. De hecho, un dato clave es que los vehículos Diesel emiten menos CO2 que los de gasolina, sólo por una cuestión de consumo.

De hecho, se estima que un vehículo de gasolina emite entre un 20 y un 25% más de CO2 que su equivalente Diesel, toda vez que el consumo es mayor. Aunque esta diferencia tenía 'poco' peso hace no muchos años, puesto que los Diesel emitían una cantidad de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión mucho mayor, ahora ya no es así. Los responsables, los filtros de partículas y la tecnología AdBlue que ahora equipan los coches Diesel y que elimina casi en su totalidad las partículas no quemadas en la combustión.

Estas partículas en suspensión –las famosas PM10, PM2,5…– son conocidas también como partículas finas y en el segundo caso tienen un tamaño menor a los 2,5 micrómetros. Nacen a raíz de reacciones químicas, como puede ser la quema incompleta de combustibles con base de carbono como el carbón, el petróleo, la gasolina o el Diesel. Su presencia en la atmósfera afecta al balance de la radiación terrestre y tienen efectos nocivos para la salud, ya que penetran en los pulmones, bloqueando y evitando el paso del aire. A pesar de que el CO2 acapara el protagonismo, es mucho más importante acabar con este tipo de partículas. Y eso es justo lo que hicieron los fabricantes, hasta reducirlas a la mínima expresión.

Si a este hecho le sumamos que la mayoría de los vehículos Diesel de nuevo diseño incorporan una disolución de urea que reduce casi a cero las emisiones de los óxidos nitrosos, nos damos cuenta de que un Diesel moderno que cumple con la normativa Euro 6 es mucho menos nocivo y contaminante que un vehículo de gasolina equivalente, lo que desmonta la tesis que la sociedad ha asumido como cierta. De hecho, numerosos estudios científicos certifican este hecho y ponen en entredicho el mensaje que se ha instaurado en la sociedad, como ha destacado recientemente un artículo de El Confidencial.

 

CAMBIOS EN LA DINÁMICA DE VENTAS

El mensaje prefabricado, sin embargo, ha calado en los usuarios y así lo reflejan los datos de ventas de 2017. Durante el pasado ejercicio, las ventas de vehículos Diesel en España cayeron un 14,9% en comparación con el ejercicio anterior. Estos datos reflejan que la cuota de mercado de los vehículos Diesel es menor al 50%. Por su parte, la venta de vehículos con motores de gasolina en España creció en un 15,2% en el mismo periodo. Un fiel reflejo de que un mantra repetido el suficiente número de veces puede hacer cambiar los hábitos de consumo de la sociedad.

De hecho, esta tendencia también es válida en la Unión Europea, toda vez que las ventas de vehículos Diesel también cayeron un 10,2% durante el año pasado, mientras que las matriculaciones de los coches con propulsores de gasolina crecieron un 7,6% en sus 15 principales mercados. Mientras tanto, la movilidad híbrida poco a poco gana adeptos y aunque este tipo de vehículos apenas representan el 2,9% de las ventas totales, su crecimiento es notable.

 

EL DIESEL COMO FORMA DE VIDA

A pesar de estos datos de ventas, el uso del Diesel es masivo. Compañías como ExxonMobil aseguran en un reciente estudio que la demanda de combustible Diesel se mantendrá en valores similares a los actuales hasta 2020 y que en 2040 la demanda de Diesel será del 70% frente a los demás combustibles. Los motores cada vez más pequeños, limpios y eficientes de los vehículos privados y el incremento enorme de la demanda debido al enorme aumento del transporte comercial –de carga y pasajeros– por tierra y mar mantendrán al Diesel como el combustible más usado.

Bien es cierto que la gasolina es y todo apunta a que será el combustible de mayor demanda entre los vehículos privados, pero no tiene sentido que los datos surjan de una campaña en contra del Diesel sin un fundamento incontestable. La mala fama que se ha generado en torno al Diesel sólo está justificada para coches anteriores a 2009 –Euro 5 y anteriores–, pero no para los nuevos coches y motores Diesel. Con todo, parece que el Diesel está destinado a caer en el ostracismo a nivel particular, porque una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad, haya partículas contaminantes o no.

 

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