¿Tiene que ver la nueva política deportiva de Audi con el hidrógeno?

Lo de un antes y un después no creemos que se plantee a plazo más o menos inmediato. No apuntan al Dakar de 2021 o 2022 y tampoco a las reglas LMDh de Le Mans, aunque comiencen por ahí a modo preparatorio.

Parece lógico pensar que la decisión de la marca de los aros tiene una clara referencia a que las próximas reglas de ambas competiciones Le Mans –o el WEC– y el Dakar han decidido apostar por el hidrógeno como fuente de almacenamiento energético en óptica 2026.

En el fondo, gasolina, gasoil, baterías o hidrógeno son formas de almacenar energía a emplear después para impulsar un motor, térmico en los dos primeros casos y eléctrico en los dos últimos.

Parece lejano, pero desarrollar la tecnología de alto rendimiento de la pila de combustible requiere su tiempo. Esto le haría alinearse con la política de la Comunidad Europea que quiere dar más importancia al hidrógeno como fuente de almacenamiento de energía. Permitirá tener coches más ligeros y, sobre todo, con paquetes de baterías no muy grandes, entre 10 y 20 kilovatios/hora pueden bastar.

Es una elección estratégica importante. Se trataría de no depender tanto del lìtio y metales raros y costosos –cuya extracción es muy contaminante y cuyas reservas están mayoritariamente en países con situaciones geopolíticas e intereses que no siempre coinciden con los europeos– y de facilitar el reciclaje de las baterías.

Un estudio reciente señala que un automóvil eléctrico necesita 80.000 kilómetros para que su huella de carbono iguale a la de un térmico; sólo a partir de entonces emite menos gases. La razón está en las emisiones de CO2 necesarias para conseguir la materia prima y fabricar las baterías. Es cierto, este tipo de estudios se hace teniendo en cuenta el estado actual de las tecnologías y mientras la térmica está muy avanzada, la del 'fuel cell' está aún en sus primeros balbuceos.

También, es cierto, podría jugar la carta de los combustibles sintéticos para ser 'carbon neutral', una vía en la que Audi trabajó mucho –ha llegado a producir gasolina y Diesel sintéticos–, pero ésta es la carta que precisamente la Fórmula 1 quiere jugar a partir de 2025 o 2026… y con la que quiere atraer a fabricantes nuevos, especialmente al grupo Volkswagen… aunque en este caso es Porsche la que puede estar más interesada, no en vano se habla de que el próximo 911 podrá usar e-fuel.