Nürburgring y el riesgo de cometer errores

Hace siete años que la Fórmula 1 no visita el trazado. La última vez fue en 2013. Los datos de que disponen los ingenieros están desactualizados, por no decir obsoletos. No se podrán validar piezas nuevas, como las mejoras aerodinámicas que trae Ferrari. No habrá tiempo para corregir un error de 'set up' importante. En este sentido, la funcionalidad de los garajes remotos e instrumentos de simulación será decisiva a la hora de conseguir el coche más eficaz posible.

Es por eso que Carlos Sainz ha dicho que espera una carrera divertida. Porque habrá un punto imprevisible que colocará a pilotos y equipos en posición de cometer errores.

Pero también existe el riesgo para muchos de los pilotos del desconocimiento de la pista. Sólo ocho de los 20 de la parrilla han corrido aquí, así que los más jóvenes tienen mucho que aprender. Es cierto, con el trabajo previo del simulador, bastan media docena de vueltas, pero si a ello sumamos la toma de datos, nos encontramos que una hora de ensayos puede ser insuficiente para ser plenamente competitivos.

Pero a la vez esto es una oportunidad para que la Fórmula 1 explore de forma clara la posibilidad de reducir el formato de los fines de semana a dos días en pista o cuanto menos suprimir los jueves y repartir viernes entre ruedas de prensa oficiales –aunque perderían buena parte de su atractivo porque el resultado de la tarde 'hablaría más' que las obviedades de las ruedas oficiales–.

Es una oportunidad importante para ahorrar dinero para los equipos. Aunque también tiene su parte negativa. Menos impacto económico en el entorno, menos horas de televisión, menos ingresos para los circuitos.

Pero no cabe duda de que esta experiencia 'involuntaria' y la que ya estaba prevista en Imola, otro trazado que la Fórmula 1 no visita desde hace tiempo, desde 2006, debe ser seguida con interés por los aficionados.