Marc Gené, del pánico de 2008 al éxtasis de 2009

Marc vivió esa victoria como algo muy, muy especial. Fue él quien tuvo el honor de pasar bajo la bandera de cuadros tras una última vuelta en la que lloró de emoción. "Estaba tan emocionado que ni me acordé de saludar. Había soñado muchas veces con ese momento, pero nada que ver con la realidad. Supera cualquier sueño. Es increíble lo que se siente en el podio, con tanta gente aplaudiéndote. Tardas en darte cuenta que has ganado 'La Carrera', con mayúsculas, porque es la carrera más conocida del mundo. Te das cuenta que has hecho algo grande y que has entrado en la leyenda, que serás recordado siempre".

La emoción de pasar bajo la meta es única. Y Marc no debía haberla sentido. El último relevo lo debía haber hecho David Brabham "pero cuando iba a cederle el volante el equipo me preguntó si estaba bien y les dije que sí. Dijeron que era mejor que hiciera yo el último stint porque estaba en ritmo y David estaría frío".

En un año pasó del tormento al éxtasis. En 2008 sufrió un espectacular accidente durante los test de Le Mans. El Peugeot despegó, hizo un rizo en el aire, se estrelló contra las barreras y quedó volcado sobre la pista. "Fueron cinco segundos horribles. Pensé que me mataba y mentalmente me despedí de los míos. Fue en la curva más rápida del circuito y de repente salí volando sin entender por qué. Tuve mucha suerte. Afortunadamente Peugeot había apostado por un coche cerrado; si llega a ser una barqueta no lo cuento".

Fue un gran susto, pero todo acabó con algunas contusiones y algunas vértebras magulladas. Pero el final de semana después del accidente estaba en Canadá como reserva de Ferrari en el GP y la semana siguiente se enfrentó de nuevo a Le Mans para acabar segundo, el primero de los cuatro podios que acumula en la prueba; un segundo puesto que compartió con Nicolas Minassian, Jacques Villeneuve, un segundo insuficiente para que el canadiense no pueda presumir de triple corona.

Marc señala que, en 2009, "honestamente no esperaba la victoria porque para ganar en Le Mans es necesario que se junten muchas circunstancias. Por eso es tan difícil ganar en Le Mans. Ser campeón del mundo es más importante, pero como carrera única le mejor victoria es esta".

Marc explica asimismo una anécdota poco conocida de esta carrera "que se puede perder en la última vuelta. ¡Nosotros la ganamos por dos segundos!". Es cierto que la clasificación dice que Marc, David Brabham y Alex Würz ganaron con una vuelta de ventaja sobre sus compañeros Montagny, Sarrazin y Bourdais. También que a las 10 de la mañana del domingo, con cinco horas de carrera por delante, en Peugeot dieron orden de no atacarse, pero estando en un equipo francés y teniendo como rival directo a sus compañeros, los tres franceses, siempre se albergaba alguna duda "aunque la dirección del equipo nos intentaba tranquilizar diciendo que eran una marca internacional, sabíamos que nuestros compañeros aceptarían a regañadientes y aprovecharían el menor problema o incidente para superarnos. Las últimas horas fueron duras y la última aún más".

Sin embargo, todo pudo irse al traste tras el último repostaje, "porque el parabrisas quedó sucio y no veía nada. Aprovechando una salida del safety car entre para limpiar rápidamente el parabrisas. El equipo me dijo que estuviera muy atento al semáforo porque en Le Mans no hay un coche de seguridad, sino dos y el segundo estaba justo delante del Peugeot de nuestros compañeros-rivales.  Salí lo antes que pude y llegué a la zona de aceleración emparejado con el safety. Un par de segundos más tarde y el safety nos hubiera adelantado y con él todo el pelotón que le seguía. Habrían ganado ellos en lugar de hacerlo nosotros por una vuelta. ¡Hubiera sido decepcionante! Las últimas vueltas las hice pendiente del retrovisor, controlándoles".

"Es una costumbre de Le Mans que, si la clasificación lo permite, los coches entren juntos. El segundo espera al primero. La verdad es que padecí nervios al final y aceleré un poco a la vista de la meta.... no sabía que tenía una vuelta de ventaja y me entró el pánico de que pudieran acelerar más que yo y adelantarme en la meta. Hubiera sido imperdonable".

Marc llevó el peso de la carrera. Piloto durante 10 horas, mientras sus compañeros se dividieron las otras 14. Aparte de los últimos 45 minutos no previstos, había empalmado tres horas seguidas en la noche, una de ellas tras el safety car.

Para Marc, la clave de Le Mans, de una victoria "está en no parar en boxes. No tuvimos el menor problema, no tuvimos ni siquiera que substituir el splitter, la pieza más avanzada del morro que se daña con los pianos o con una pequeña salida". Y por supuesto un coche suficientemente rápido y unos pilotos que no cometan errores",

El Peugeot de Sarrazin-Bourdais-Montagny fueron líderes la primera parte de la carrera, tuvieron un problema a medianoche, que les hizo perder, definitivamente, el liderazgo, tras tocarse con otro Peugeot, este alineado por el equipo Pescarolo. Y los Audi también tuvieron algunos problemas.

Marc es 'Mr. Le Mans' en España. Ha disputado la prueba ocho veces y ha acabado cuatro de ellas en el podio: la victoria de 2009, los segundos puestos de 2007 y 2013 (el segundo con Audi) y un tercero en 2014, asimismo con Audi. En 2015 debía ser el líder del equipo Nissan, pero tras los test con el extraño coche -motor central delantero y toda la adherencia confiada en el ‘efecto suelo’- prefirió declinar el contrato.