Lo que sucede en Las Vegas puede que no se quede sólo en Las Vegas

De hecho, Las Vegas, la tercera prueba estadounidense, entra en el calendario sólo este año y su contrato es para tres temporadas. Pero la voluntad es de perennizar la prueba.

Las Vegas no es un Gran Premio como los demás. En algunos aspectos parece un ensayo de futuro, de un nuevo concepto de afrontar los Grandes Premios y no lo decimos por la canidad y calidad, espectacularidad, de los eventos colaterales que se organizarán, sino porque es muy posible que por una vez 'lo que sucede en Las Vegas no se quede en Las Vegas'.

El Gran Premio debe marcar la simbiosis entra la prueba y la ciudad y los hoteles preparan no sólo precios especiales entrada incluida sino sus mejores espectáculos.

Sólo en Melbourne y en Montreal sucede algo similar. Algunos pueden pensar que también en Mónaco, pero allí la vinculación es diferente, dirigida 'al glamour' y a una cierta 'élite' y Singapur tiene más de Mónaco que de Melbourne –¿Se han fijado? Todas estas pruebas son urbanas, detalle tan curioso como quizás trascendente–.

Pero en Las Vegas sucede algo peculiar. Para poder disponer de un buen paddock, Liberty Media ha comprado unos terrenos y tiene previsto construir un paddock ejemplar, con una inversión de 230 millones de euros, que es casi lo que cuesta construir un circuito permanente.

¿Por qué hace esta inversión? Primero porque sabe que la cosa va para largo, aunque de momento sean sólo tres años. De hecho, es Liberty Media quien debe decir el tiempo. Segundo porque Liberty Media invierte financieramente en la prueba, es decir, es parte del promotor por no decir que es el promotor.

¿Es Las Vegas una prueba piloto para otros Grandes Premios? Liberty está precisamente muy preocupada por integrar los Grandes Premios con el territorio. Hacer de un Gran Premio algo mucho más que una simple competición deportiva, por muy de alto nivel que sea y Liberty quiere que los promotores se impliquen en esta 'simbiosis' con la región de la prueba, en la que existe una complicidad; que al pasear por la ciudad 'se viva' el Gran Premio.

Recuerdo que algo de esto se hizo en los primeros Grandes Premios de Barcelona y también con ocasión del Salón del Automovil: banderolas, sí, pero cosas como 'concurso de escaparates alegóricos', etc.

Algunos pueden pesar que Liberty podría hacerse promotor de algunos Grandes Premios, los más interesantes, los más rentables y que Las Vegas es una apuesta piloto en este sentido. Una apuesta con riesgos relativos dado el tirón de la ciudad y que hace que esta infraestructura de paddock pueda tener una utilización regular con otro tipo de eventos.