Lewis Hamilton, el actual rey de los 'rainmaster'

Lo suyo no ha sido danzar sobre la lluvia, sino un ballet armónico, de movimientos suaves y precisos, encadenados. Y el resultado, ahí esta: 1,2 segundos entre él y Max Verstappen, el segundo de la parrilla; la misma distancia que el domingo pasado había en seco entre el primero y el décimo de la parrilla.

Lo que ha hecho Lewis es confirmar que es un auténtico ‘rainmaster’, es decir ‘maestro de la conducción en lluvia’, un título honorifico que se concede a muy pocos pilotos.  Y que en el fondo viene a significar que tiene un talento espectacular: cuando la adherencia es precaria, el coche va perdiendo protagonismo en las prestaciones y son las manos del piloto las que cuentan para marcar la diferencia… al menos hasta cierto punto.

Lewis ha ganado alguna vez bajo el agua. La del GP de Gran Bretaña de 2008 fue una de las mejores y para muchos fue el momento en el que el británico se reveló como el gran campeón, mucho más significativo que su espectacular debut en 2007.

Y este sábado, en Austria, ha habido otro piloto que ha llamado a la puerta de la categoría, Carlos Sainz. El madrileño ha sabido sacar en el último momento ese truco que le ha colocado por encima de sus rivales naturales y a poco le da un disgusto al mismísimo Verstappen y ha llenado el impreso para ser admitido como aspirante a esa medalla

Correr en estas condiciones es realmente complicado. No hay adherencia, se puede hacer 'aquaplaning', algo temido porque pierdes capacidad de dirección y de frenada, porque las ruedas resbalan al acelerar y es imprevisible hacia donde se dirigirán cuando encuentren adherencia. Pero sobre todo la columna de agua que levanta el coche de delante te deja ciego, sin visibilidad, sin tiempo de reacción. Michael Schumacher lo sabe muy bien. ¡Recuerdan cuando en Spa se 'tragó' a Mika Häkkinen!. Fue en 1998, después de que Michael también se hubiera envuelto en un accidente de 16 coches a causa del agua en la primera curva, lo que obligó a dar una segunda salida tras la correspondiente bandera roja.

Pero Schumi dejó claro que fue uno de los grandes en agua. El GP de España de 1996 así lo consagro, ganando la carrera pese a que su Ferrari era más lento que el Williams de Damon Hill. La elección de un 'set up' para agua fue un acierto y controló la carrera casi de principio a fin… ni siquiera cuando al final el motor del Ferrari empezó a funcionar con un cilindro menos, pero se las ingenió para modificar las trazadas en función de la menor potencia y acabó ganado con ventaja.

Quizás por eso hay pilotos que les gusta correr en agua y otros que no. Alain Prost creía que era estúpido correr tras una espesa cortina de agua y también lamentaba que meses de trabajo para sacar el mayor rendimiento al coche quedaban anulados porque sólo podías sacarle arte del potencial. Pese a ello ganó el GP de Mónaco en agua, pero nunca fue de los mejores en esa superficie. Nigel Mansell opinaba, por el contrario, que se debía ser rápido en cualquier condición.

Niki Lauda es quizás el ejemplo del campeón que no gustaba correr en mojado. Aunque ganó dos veces bajo con lluvia, (Espala 77 y Mónaco 75) en ambos casos fueron carreras que comenzaron en mojado y acabaron en seco; en una carrera totalmente con lluvia nunca llegó a podio… y muchos recordarán el abandono en Fuji para un tifón, en los compases iniciales ya que pensaba que así no era seguro correr… lo que permitió a James Hunt hacerse con la corona.

Precisamente uno de mis primeros recuerdos de carreras en lluvia fue la victoria de Jacky Ickx con Ferrari en Rouen, en 1968, la primera del belga que fue intratable en el agua, acabando con 2 segundos de ventaja sobre John Surtees y doblando al tercera clasificado, un tal Jackie Stewart, quien sobre la lluvia es considerado uno de los mejores; su victoria en el GP de Alemania de 1965 así lo atestigua. Ickx fue un sensacional 'rainman', tanto en F1 como en Sports.

Para muchos, Ayrton Senna fue el gran funambulista sobre el agua. Lo fue desde aquel GP de Mónaco con Toleman, en 1984, en el que fue 2 tras Alain Prost con un coche que ciertamente no era precisamente de los mejores. Su victoria, con Lotus en Portugal 1985 fue otra pieza maestra y la del GP de Europa de 1993 quizás la más recordada. 

Senna dijo sobre Portugal que "lo más peligroso es que las condiciones cambiaban cada vuelta. Incluso en la recta costaba mantener el coche en línea"; algo debía haer porque fue un festival de trompos y salidas. Senna también acabó con más de un minuto sobre el segundo, Alboretto; todos los demás acabaron doblados.

El agua ha permitido victorias sorprendentes, casi contra natura. La más reciente, la primera de Sebastian Vettel, en Monza 2008, con el Toro Rosso, algo irrepetible; apostó por agua y ganó. Pero también cave destacar los triunfos, únicos en sus respectivas carreras, de Jean Pierre Beltoise (BRM, Mónaco 83) y Olivier Panis… aunque en este caso no fue exactamente por lluvia: se comenzó con agua y Ligier optó por llenar el depósito de gasolina para no parar a repostar. Tuvo que hacerlo, pero sólo para cambiar gomas cuando la pista se secó, mientras casi todos pararon dos veces y además poniendo gasolina. Fue la apuesta ganadora.

Incluso una de ellas fue aquí, en Austria, cuando el trazado era el viejo Osterreichring, uno de los más rápidos del mundo. El protagonista fue Vittorio Brambilla que con un March ganó el GP de Austria de 1975 dominando de principio a fin. Tan contento estaba, que al atravesar la meta soltó el volante, levantó las manos…. y el March se salió de la pista.

Si, el agua da cosas curiosas. Por ejemplo, hay pilotos que consiguieron buena parte de sus puntos en las carreras de agua…incluso todos sus puntos cuando el agua hace su aparición, como el poco conocido Consalvo Sanesi o Danny Sullivan. Incluso el mítico Marc Donahue (por sus resultados en USA) logró 6 de sus 8 puntos en agua

También podría incluirse la victoria de Keke Rosberg en Mónaco en el 83; su Williams llevaba todavía el viejo Cosworth y poco podía hacer frente a los turbo, pero en el ratonero Mónaco y con la pista mojada, la 'suavidad' del motor fue clave.

Ha habido otros pilotos que sobre lluvia dejaron su impronta. Jim Clark es uno de ellos.  Damon Hill, aunque a muchos les sorprenda, otro; recordemos su Brasil 96, cuando dobló a Schumacher, pero también su victoria en Suzuka 1994, tras una pelea de lo más intenso con Michael. En eso Damon también se parecía a su padre, Graham; ambos parece que no hacían nada pero eran rápidos en agua como pocos. Por el contrario, Jackie Stewart no gustaba para nada correr en agua pese a una gran victoria en Nürburgring; en eso se parecía a Stirling Moss, que también ganó en agua en Nürburgring.