Lance Stroll se ganó la continuidad en Hungría

21/07/2020 08:25

Un resultado oportuno para el piloto que en su primera temporada de Fórmula 1 sumó el último podio de Williams, algo que parece olvidado. Lo de oportuno viene porque ha sucedido justo cuando ha estallado la polémica por el más que posible fichaje de Sebastian Vettel por Racing Point.

Un fichaje que significa que uno de los dos pilotos actuales −Sergio o Lance− deberán abandonar la formación. Sergio goza de buena reputación en la F1, es de los hombres osados y que lo piensa dos veces a la hora de adelantar, uno de esos que en condiciones normales debería tener larga vida en la F1, como fue el caso de Nico Hülkenberg.

Lance Stroll tiene a su favor ser el hijo del jefe. Y, como dice Pérez: "Yo no echaría a mi hijo de mi equipo". Al menos, no lo haría si el niño demuestra unas posibilidades similares, como ha sucedido en los dos últimos Grandes Premios. En Estiria Lance entró a rueda de Pérez; en Hungría ha estado todo el fin de semana por delante y en Austria no estaba lejos de Sergio, seguía a Sainz y estaba por delante de Vettel cuando abandonó.

Lawrence, su padre, compró el equipo Force India, al borde de la extinción, para ofrecer un mejor volante a su hijo. A lo largo de muchos años ha invertido mucho dinero para hacerle subir. Ayudó a pagar la F3 y la F2 a otros pilotos para que hicieran de 'coach' a su hijo, compró el equipo para el que corría y no dudó en 'alquilar' los servicios de Williams para que Lance aprendiera el pilotaje de un F1 usando un coche de hace dos temporadas −lo que está permitido− en diversos circuitos… un truco legal para solucionar el problema que supone la prohibición de test para la formación de jóvenes pilotos.

Y una vez Lance estuvo en Williams, ayudo al equipo con sus finanzas… hasta que surgió una desavenencia grave. Los de Grove no querían vender y Lance no quería tirar el dinero en saco roto, sobre todo porque Claire también se negaba a convertirse en un equipo B, una escudería cliente.

Lawrence aprovechó la circunstancia para romper la relación con Frank, comprar Force India y dar con este equipo el paso que había exigido a Williams: hacerse equipo-cliente. Las relaciones con Mercedes saltan a la vista. Su amistad con Toto está fuera de toda duda.

Es cierto. Lawrence es un fanático de los automóviles. Su colección, envidiable: un Ferrari GTO, un 250 LM, un P4, entre otras joyas. Copropietario del circuito de Mont-Tremblant, máximo accionista y presidente de Aston Martin, su último juguete. Por más pasión que tenga por la F1, por más voluntad que tenga de hacer de Aston Martin −el nombre que adoptará el equipo desde el próximo año− un equipo grande, amén de relanzarla como marca, no dejará a su hijo sin volante. No al menos mientras siga progresando lo suficiente como para merecer el asiento.

Lo dicho, en Hungría Stroll ha cerrado bocas, sellado su continuidad.

Es cierto que en México están dispuestos a presionar, hay un contrato en teoría en vigor, pero hay cláusulas −al parece una de ellas vence a final de mes− y, en todo caso no, sería la primera vez que se rompe un contrato.

Pérez lo sabe y se mueve. Sabe que si conserva su dote no le faltará hueco, pese al estrecho margen que deja la F1 actual. Prácticamente sólo hay dos equipos con asientos libres: Haas y Alfa Romeo. En el primero, Grosjean está en peligro. En el segundo, sus dos pilotos acaban contrato. Más allá de eso, quedan Red Bull y AlphaTauri, pero esto depende de Helmut Marko y de la política de los austríacos de buscar en su pirámide.