Historias F1: cómo Horner convenció a Newey para fichar por Red Bull

Newey, un hombre que dijo no a Ferrari, recuerda divertido su fichaje por Red Bull. Era algo que no había pensado nunca. "Realmente tenía muchas dudas de ir a Red Bull. Era más famosa por sus fiestas que por su equipo. Tenía gran confianza en David [Coulthard] y me comentó ‘si rascas, debajo hay un gran equipo'''. David había corrido con Newey en Williams y en McLaren y era el piloto de Red Bull en 2005. Sabía de lo que hablaba.

Newey pensó en el desafío. “Había tenido suerte de estar en dos grandes equipos [Williams y McLaren], de ganar carreras y campeonatos… pero empezaba a tener la sensación de que me había quedado obsoleto”, explicó Newey.

El ‘cortejo’ de Horner a Newey duró bastante durante 2005. Hacía apenas dos años que McLaren había impedido a Adrian marcharse a Jaguar, apenas unos meses de que Red Bull había comprado Jaguar, tras no poder comprar Sauber. Y los nuevos propietarios estaban decididos. "Nos faltaba una dirección técnica y Adrian era el mejor, así que nos preguntamos cómo podíamos atraerle", señaló Horner.

El ‘domador del viento’ ha explicado divertido que "Horner se hacía el encontradizo en todo momento. Hasta que un día intercambiamos algunas palabras. Recuerdo un día en Silverstone… que estaba allí como por casualidad. Y otro día tuvimos otro encuentro casual… y Helmut Marko salió de detrás de un camión. ‘Soy Helmut Marko. Aquí tienes mi tarjeta. Te llamaré’".

No era sólo cuestión de dinero, sino de expectativas, y sobre todo de libertad de acción. Casi un ‘cheque en blanco’ para desarrollar la parte técnica de equipo, comenzando por el diseño de la fábrica. Era algo tentador, a lo que no se podía decir no: libertad técnica, sí; autonomía; poder elegir su propio equipo; decidir las ‘herramientas’.

"Fue como cuando entré en Leyton House. Era como un asunto pendiente. Empezar a crear un equipo desde el principio. Entonces veía el ganar campeonato como algo lejano", ha comentado Newey.

Horner se muestra orgulloso de una colaboración de tanto tiempo y de haber acertado plenamente confiado en Newey. "Adrian es el único tipo que puede ‘ver el aire’. Vive en The Matrix, y ha sido el director de la orquesta técnica durante todos estos años, pero todavía es muy práctico y está en su tablero de dibujo. Tuvimos que discutir con Ron Dennis para sacarlo de McLaren. Obviamente hemos tenido altibajos durante todos estos años, pero siempre ha sido divertido. Siempre hemos tenido un gran apoyo del grupo, de Dietrich Mateschitz y de Helmut Marko, y eso nos ha permitido centrarnos en ser el mejor equipo de carreras que podemos ser".

Adrian Newey en Suzuka - © LAT Images

Hoy, tras diecisiete temporadas de colaboración, el trío Horner-Newey-Marko tiene seis títulos mundiales de pilotos y cinco de constructores. Y se ha mantenido sólido en los momentos difíciles, como cuando Renault la pifió con el motor híbrido y ocasionó un verdadero enfrentamiento. 

Ambos coinciden en que el secreto de superar ese periodo es el haberse mantenido firmes y unidos y tener muy claro que si conseguían un motor decente, el resto eran capaces de ponerlo. Quizás por ello apostaron por Honda pese al desastre de los japoneses en McLaren. 

"Fue un momento muy difícil. Pasamos de ganarlo todo a estar a ser dominador claramente por otro equipo que estaba años luz por delante. Pero supimos mantenernos unidos", señala Horner.

Curioso, arrancaron a McLaren primero un ingeniero y luego, el motorista. Y están de nuevo en la cumbre. Y piensan estarlo mucho tiempo, porque la relación es fuerte.

"Está basada en la confianza, la amistad y el respeto mutuo hacia lo que hace el otro", señala Newey. "Sabemos que podemos mirar hacia delante. Que mientras hacemos nuestro trabajo, el otro hace el suyo. Quizás es un método de trabajo poco formal, pero esta confianza, esta amistad, hace que todo funcione bien".

¿La historia de Montezemolo-Todt-Brawn-Byrne? Distinta, pero con muchos puntos comunes. Incluso que los triunfos han sido logrados con dos pilotos excepcionales, Sebastian Vettel y Max Verstappen. Trabajador, meticuloso, germánico, el primero. Con talento innato y ganas de ganar como nadie, el segundo. Dos pilotos muy distintos para el mejor de los resultados.