Ferrari, cercada por las aguas agitadas, intenta mantener la calma

“No acabo de entender como la Scuderia puede convertirse en un objetivo de las críticas tras una sola carrera”, declaraba Vasseur a Autohebdo. “No es porque no ganamos la primera carrera que esto sea un desastre. Ha habido cosas malas en Baréin, pero también positivas”. ¿Positivas? Para Vasseur es importante la correlación entre los datos de la pista y los de túnel y simulaciones.

Pero lo más relevante es que Vasseur no hace caso de los que dicen que tiene menos autonomía que Binotto. “Tengo los medios y un poder de decisión que nunca había tenido antes en cualquier otro lugar”, saliendo al paso a la impresión de que Vigna es quien controla y el manager francés está fiscalizado.

En Mercedes, que también están en crisis, llaman a la calma, a la crítica constructiva; piden tiempo y recuerdan éxitos recientes. Y lo hacen una carta dirigida a los aficionados y reafirmándose la confianza en los que trabajan.

Vasseur eligió otro camino: dirigirse a todo el personal de la GES para pedirles todavía mayor implicación. Como si quisiera cerrar a cal y canto los muros de la factoría e imperniabilizarlos de los rumores que correr de puertas afuera. El francés sabe que Maranello es lugar propicio para las tormentas perfectas… y que pedir calma a los tifosi es tarea casi imposible.

Frédéric Vasseur y Benedetto Vigna esperan que la carrera de este fin de semana en Yeda pueda aportar algo de tranquilidad gracias a un buen resultado. Pero un nuevo revés y la tormenta perfecta podría causar estragos.

La marcha de David Sánchez ha sido detonante de lo que parece una ‘implosión’ en Marenallo, una más. Se habla de más personal de staff dispuesto a tomar el portante. Laurent Mekies —que habría recibido una oferta de la Liberty Media — en primer lugar.

El veterano periodista italiano Pino Allievi, llama a la estabilidad. En su columna de Formulapassion señala que “la continuidad sale rentable en F1, pero en Ferrari siguen aferrados a la vieja costumbre de no entenderlo” y recuerda los cinco años que Mercedes tardó en ser un ‘equipo top’ o los siete que necesitó Red Bull.

Pino, buen amigo desde hace muchísimos años —coincidimos en el Mundial de MotoGP hace más de 40 — señala claramente que Frédéric lleva apenas dos meses en Maranello, que el SF-23 era un coche de Binotto y que el staff actual era el de Binotto. Todo ha sido tan precipitado que posiblemente no conoce a fondo a todo el personal. Y esta es una primera clave para tomar cualquier decisión.

Pero también sabe que en Ferrari han perdido algunos de sus grandes hombres, que han ido a engrosar las filas del enemigo con éxito. Aldo Costa o James Allison, por ejemplo. Y que el politiqueo interno, tantas veces desestabilizador, es un signo de identidad en el equipo del país de Maquiavelo.

Cuando Jean Todt aterrizó en Maranello, tenía muy claro de los hombres que quería rodearse. Despojó a la Scuderia de buena parte de su identidad italiana para adoptar una filosofía británica.

¿Tiene este plan Vasseur? Ciertamente, el francés debe tener una ida bastante clara de lo que sucede muros adentro. Ha visto las idas y venidas de Simone Resta, los travases desde Maranello a Hinwill, Y Resta ha sido uno de sus grandes colaboradores en Sauber.

Para Franco Nugnes, otro gran conocedor del Universo Ferrari, la situación actual es fruto de los dos meses de vacío  de poder entre la dimisión de  Binotto y el aterrizaje de Vasseur; aunque Binotto seguía ‘en funciones’, no debía ser lo mismo.

También fruto de las expectativas creadas… y del progreso de Red Bull, que ha conseguido mantener, como mínimo, quizás aumentar incluso, las distancias.

Nugnes sostiene que el mar revuelto a es de muros afuera, que se agitan las aguas quizás buscando desestabilizar a Vasseur. Mientras, muchos se preguntan si esos muros resistirían un nuevo fracaso en Yeda… que convertiría las actuales olas en maremoto. Los ‘tifosi’ son así, pasan de la euforia a la frustración en un plis-plas. Y todos los rumores, mejor o peor fundados, acaban repercutiendo en el equipo.

Vasseur sabe que no puede luchar contra los rumores, así que intenta reforzar la cohesión interna. Imprescindible para mantener el espíritu de equipo. Absolutamente necesaria para poder atraer a Maranello los refuerzos técnicos de primera fila que quizás se precisan.

Y entre tanto, cruza los dedos por un buen resultado en Yeda, que calmaría las aguas.

Cinco años es la ‘tarifa mínima’ para crear un equipo ganador. El entorno de Ferrari no parece tener tanta paciencia. Venden la piel del oso antes de cazarlo y aún no han completado un ciclo de crecimiento ya han puesto en marcha el siguiente.