El peligro de Indy500 es volar o encontrarte otro coche descontrolado

La cercanía de los muros, al menos los exteriores, es algo querido por los pilotos y en contra de lo que parece son una medida de seguridad. Están tan cerca de la pista que resulta casi 'imposible' chocar frontalmente con ellos; la mayor parte de las ocasiones son choques tangenciales, rozaduras al muro, que pueden causar destrozos espectaculares en las carrocerías pero poco más, pese a las elevadas velocidades.

La energía disipada en un coche contra un obstáculo fijo depende de dos factores: la velocidad y el ángulo de incidencia. Un choque directo, perpendicular, es brutal, mortal, pero conforme el ángulo de incidencia disminuye la energía que debe disiparse en el golpe también disminuye de forma espectacular y la desaceleración que debe soportar el piloto también

Con las nuevas barreras deformables que se han montado delante del muro de cemento, además se consigue que estas disipen parte de la energía, que de esta forma no incide sobre el coche y el piloto.

Es cierto, con un pinchazo o un fallo de dirección puede darse un choque frontal, pero la probabilidad de que esto sucede es muy pequeña. También en caso de subviraje extremo por eso los pilotos buscan evitar este fenómeno.

Los pilotos temen más la pérdida de la parte trasera del coche -y este año la downforce real parece inferior a causa del aeroscreen- que puede provocar un semi-trompo y si coges tracción chocar frontalmente contra el muro interior.

Pero el verdadero temor de los pilotos está en encontrar otro coche en su trayectoria. Un alcance por detrás puede llevar a volar y cuando vuelas el piloto está indefenso, puede volcar, caer duramente en la pista, golpear los postes que sujetan las redes, etc.  Ya se vio en Iowa, cuando al volar el coche pasó por encima de otro y el aeroscreen cumplió su papel. Y mientras vuelas no puedes hacer otra cosa que rezar: no tienen dirección ni frenos.

También temen que el coche de delante o uno de ellos que están inmediatamente delante, vayan al muro. Pueden salir rebotados y cruzarse en tu trayectoria sin tener muy clara la trayectoria que seguirá. Puedes impactar con él de forma brutal y también la maniobra brusca de esquivarlo puede llevarte a ir frontalmente contra el muro.

No digo que sea aquello de que ‘Dios me proteja de mis amigos porque a mis enemigos ya los vigilo yo’, pero sí algo parecido.