El ataque de Leclerc en Monza, valor añadido para Sainz

¿Homenaje a los tifosi? Excusa ingeniosa, pero lo que importaba era ser tercero y cuarto… no poner en peligro ese resultado y esos puntos de constructores.

Que las órdenes se dan cuando favorecen a Leclerc, que el binomio Vassuer-Leclerc tiene predicamento en Ferrari, quizás no es totalmente cierto, pero por lo general, o casi siempre, sale favorecido, es como aquello de “no creo en las órdenes de equipo, pero de haberlas, hay”.

Sin embargo, el resultado final de todo ello no ha podido ser más favorable para Carlos Sainz, una doble ‘victoria’, la del podio y la de mantener detrás a su compañero, precisamente en un circuito abarrotado de ‘tifosi’.

Joan Villadelprat explicó una vez que muchas veces no son necesarias órdenes de equipo o definir un ‘número uno y un ‘número dos’. “Simplemente basta con darle a uno los mejores ingenieros y mecánicos”. Incluso desarrollar el coche en una dirección, la que desea un piloto, y no en otra. Carlos ha tenido que luchar con eso en Ferrari.

Sainz hizo algo mucho más importante que decir claramente que es el ‘número uno’, que es capaz de liderar un equipo, como si no lo hubiera demostrado em Renault y McLaren, que, con el coche adecuado, es aspirante al título. Que, si tiene algo que envidiar a Leclerc es el no tocar el piano, y no el de los límites de pista, sino el musical.

Lo que hizo Sainz fue decirle a los ‘tifosi’: ‘¡Aquí estoy yo!’. Les hizo vibrar con la Pole, les hizo soñar en las primeras vueltas hasta que la goma trasera izquierda dijo basta. En otras palabras, se ganó el alma de los tifosi. Estos lo adoptaron como ‘imprescindible’.

Lección de madurez, de confianza, de eficacia que no ha pasado desapercibida para nadie. Y que quizás no habría sido valorada suficientemente de haber mediado órdenes de equipo.

Un Sainz a quien los tifosi, hasta ahora, perdonan mucho menos los errores que disculpan a Leclerc. Y que fue el monegasco, en Monza, quien cometió ese pequeño error, ese bloqueo de ruedas que pudo costar caro a Ferrari y que seguro llevó a los tifosi al borde del infarto.

La forma con la que Carlos mantuvo a raya a Verstappen primero, a Pérez después y finalmente a Leclerc… Y es ahora cuando muchos se dan cuenta que, en su primer año en Ferrari, Carlos estuvo delante de Charles. Y que este año está sucediendo lo mismo.

Incluso diría que Charles y Carlos pueden ser el mismo nombre, pero no son lo mismo, y que, si el primero parecía tener preponderancia, las tornas pueden cambiar. El monegasco parece acusar más las ocasiones en las que no es protagonista. Y esto es lo que se puso en evidencia en esas vueltas finales en Monza.

La partida de ‘póker’ entre Carlos y Charles en Monza que permitió Vasseur tuvo un ganador, no iba de farol, y el ‘bote’ voló a Madrid. El final de temporada en Ferrari se anuncia interesante.