DTM, la agonía de un 'elefante sagrado'

No puedo decir que me sorprenda. La serie colapsa básicamente por un tema económico: unos costes excesivamente elevados pese a los intentos de contenerlos. Seguramente el coronavirus, que representará unas pérdidas de ingresos millonarias para las marcas –se habla de 2.000 millones mensuales en algunos casos–, ha sido el detonante final que no ha dejado tiempo para buscar una solución a una crisis que estaba latente e incluso era palpable.

Si la marcha de Mercedes a finales de la temporada 2018 desató todas las alarmas y produjo un hueco difícil de rellenar –Aston Martin completó la parrilla pero era un mero figurante–, la decisión de Audi de dejar el campeonato al finalizar esta temporada 2020 –esperemos que se ponga en marcha– es un ‘toque’ mortal a la misma. Con BMW como única marca implicada, está claro que la cosa no funciona.

El DTM ha sido desde el año 2000, el año que se recuperó tras el colapso del Deutsche Tourenwagen Meisterschaft o ITC tres años antes, como campeonato esencialmente alemán para las marcas alemanas, aunque algunas carreras se disputaran fuera de su territorio, incluida una breve visita a Montmeló.

Lo cierto es que el consenso entre Audi, BMW, Mercedes y Opel no fue sencillo de lograr. Opel quería unos costes férreamente controlados. Mercedes quería más tecnología aunque ello exigiera mayor presupuesto. BMW que fuera esencialmente alemán. Y Audi, que se permitieran las cuatro ruedas motrices.

Opel lo dejó pronto, los costes no le convencían. Las reglas evolucionaron, de motores V8 a los Turbo de cuatro cilindros actuales y estaba decidida a dar el salto al híbrido; de coches derivados de serie a los chasis especiales… para llegar a un chasis único sobre el que cada marca pone su carrocería y su motor.

Mercedes se fue para entrar en la Fórmula E, más interesante mediáticamente a nivel global y también desde el punto de vista tecnológico. Audi, que ya ha abandonado el WTCR –dejándolo en manos de privados–, da como ‘excusa’ el querer centrarse en la Fórmula E, pese a que ya estaba presente en la categoría; todo apunta a una reducción importante de los programas deportivos de la marca de los aros. ¿Cuánto tardará BMW?

Desde hace tiempo los responsables del DTM –desde hace algunos años Gerhard Berger es la cabeza visible– se olían la posibilidad del colapso. Intentaron un acuerdo con la IMSA que no fructificó y más recientemente con los SuperGT japoneses que parecía encaminarse, no sin dificultades, a una entente.

No es casualidad que este año se hayan sacado de la manga una categoría nueva como acompañamiento, el DTM Trophy con vehículos GT y orientado hacia los privados. Veremos si logran consolidarlo porque parece querer arrancar con fuerza –o lo parecía antes del Covid-19–, porque los GT tienen muchos campeonatos en marcha y los ‘clientes’ tienen muchas oportunidades donde elegir… y también estas pruebas quizás no son tan impactantes cara a los aficionados.