Crónica de una dimisión anunciada III: Revolución para mantener a Alonso en F1

05/07/2018 12:38

Si hace unas semanas, días incluso, temía que el asturiano quedara más tentado por la Triple Corona que por la Fórmula 1, la dimisión de Éric Boullier me da que pensar en un cambio de situación y que la posibilidad de seguir en F1 y de hacerlo con McLaren ha subido enteros si es que no ha ganado la partida.

El pasado año tuve claro que el programa Indy era una primera concesión a Fernando Alonso, tenerlo contento, hacer que se sintiera en casa y ponerle las cosas fáciles para renovar. Y hubo una segunda, que vale asimismo para intentar retener a algunos técnicos cualificados antes de que cayeran en el desánimo: el cambio de Honda a Renault.

Es cierto, la ficha de Fernando es ahora más baja… pero tiene sus ventajas: posiblemente lo que recibe de Toyota compensa este descenso, además publicita Kimoa, su marca.

Durante este tiempo que Zak Brown lleva al frente de McLaren me ha parecido comprobar que entre el americano y Fernando existe complicidad, se dan sinergias… hasta el punto de que no me extrañaría que el asturiano estuviera ya labrándose un futuro en McLaren más allá de la F1.

'Presidente' y 'estrella', como sucede en fútbol, pueden litigar, pero suelen ir de la mano en los proyectos futbolísticos. Rara vez es el presidente el que dimite y también rara vez se cesa a la estrella, mucho menos si presidente y estrella van, como parece, de la mano.

Mientras el idilio no se rompa, este vínculo supera las fuerzas del 'entrenador'. Y en esta 'revuelta palaciega' de McLaren –que se ha cobrado las cabezas de Tim Goss y Boullier y previsiblemente se cobrará la de Prodromou– ambos parecen ir más de la mano que nunca.

Y en estos cambios hay muchos que ven la mano de Fernando, el visto bueno del asturiano… o incluso algo más. Por eso empiezo a tener la impresión de que Alonso se quedará en F1 al menos dos años más… y que incluso 'se reserva' –por decirlo de alguna manera– un papel futuro en McLaren.

Los nuevos hombres fuertes del organigrama son Gil de Ferran, oficialmente es director deportivo, hizo buenas migas con Alonso en las 500 Millas del pasado año; Andrea Stella, el ingeniero de confianza de Alonso, responsable de pista o ingeniero de prestaciones, como prefieran, y llegó a Woking por expresa petición de Fernando en 2015, tras haber sido hombre de confianza en Ferrari, y Simon Roberts, jefe de producción, logística e ingeniería, o sea director de operaciones… pero lo suyo parece el día a día de la fábrica.

Gil de Ferran es nuevo y viene de Indy… ¡y de Honda! Su primera vinculación con McLaren fue el año pasado como 'coach' de Alonso en Indianápolis y ambos hicieron buenas migas. De Ferran conoce la F1 porque durante tres años fue el responsable del equipo Honda de F1 hasta que el gigante nipón decidió arriar velas; también se ocupó del equipo Honda –mejor dicho, Acura– en IMSA.

En cualquier caso la travesía del desierto parece va a ser larga. Y este duro camino me parece incompatible, o al menos muy difícil y complicado de combinar, con programas alternativos, Indycar y Le Mans, sobre todo con el segundo, a no ser que estos sean simplemente una huida hacia delante, una cortina de humo en la que ocultar las miserias de la F1.

Si quieres leer más entradas de blog como ésta visita nuestro Flipboard