Gracias, Adrián

Supongo que por entonces lo debí ver como algo incluso asequible, fácil. Bendita ignorancia, fruto de la inocencia de mi entonces corta edad.

No conocía personalmente a Adrián Campos. Tan sólo pude conversar un ratito tras una visita a la sede de su equipo hace unos años. Él no pudo estar como anfitrión, pero ya a punto de marcharnos a casa José Miguel Vinuesa, su padre y el que esto escribe, llegó Adrián desde Barcelona.

Josemi, su padre y yo, como buenos 'quemaos', habíamos alargado la visita hasta casi lo injustificable pero no forzadamente. Nos quedamos charlando con Andrés Castillo y Eduardo Burguera. Una cosa llevó a la otra, como suele suceder cuando estás a gusto y te hacen sentir como en casa, como parte del equipo, porque así fue durante toda la visita. Tanto lo alargamos que dio tiempo a que llegase Adrián, que nos encontró en la puerta y he de decir que puso cara de sorpresa, aunque la mía debió de ser un poema al verle. Supongo que se preguntaría quiénes eran esos y qué hacían allí cuando hasta sus propios trabajadores hacía rato que se habían ido a casa. Pero se detuvo, habló con nosotros y nos hicimos unas fotos. Es una experiencia que jamás olvidaré; no sólo visitar, por fin, al equipo de mi casa, sino esos minutos con Adrián.

Como he escrito más arriba, no conocía personalmente a Adrián Campos más allá de lo que puede conocerlo un aficionado al deporte del motor, pero jamás escuché una mala palabra acerca de él. Todos los que me han hablado de Adrián siempre han coincidido en lo sencillo y cercano que era. Mi propia hermana tiene varias anécdotas de cuando Adrián acudía adonde ella trabaja y siempre tenía un par de minutos para hablar de F1 con ella. Supongo que ese caracter lo debió heredar de su abuelo, Luis Suñer, fundador de Avidesa, entre otras muchas empresas. Empresario que dio tanto trabajo, ayudó a sus trabajadores e hizo tanto por la ciudad de Alzira que a dia de hoy el 1 de noviembre, día de los difuntos, el panteón familiar, abierto a todo el mundo, se llena de ramos y coronas de flores de los que alguna vez trabajaron para él.

La primera vez que lo vi me acerqué curioso a ver de quién era tal cantidad de flores allí depositadas. Pensé que debían de ser además de la familia, de gente adinerada, empresarios o similar. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que llegaban de parte de los trabajadores o extrabajadores ya jubilados de empresas como Avidesa o Cartonajes Suñer. En ese momento me pregunté cómo debe de ser tu jefe para que tantos años después, le sigas rindiendo ese homenaje.

Anoche, poco antes de acostarme, vi la noticia de su fallecimiento y no podía creerlo. Pensé que era un error, repasé sus apellidos por si se trataba de otro. Pensé que no podía ser, se me humedecieron los ojos. Costó dormirme, supongo que me dormí entre lágrimas. He descansado fatal y ahora mismo escribo esto con temblor en las manos sabiendo que va a quedar un texto demasiado personal para un blog de opinión de F1.

En la lista de culpables de que me gusten los coches, y la F1 en particular, está en lugar preeminente don Adrián Campos Suñer.

Le voy a echar de menos. Le echaremos todos de menos.

Hasta siempre Adrián. Muchas, muchas GRACIAS.

Javi C.