Rosberg despide 2015 con victoria, Sainz 11º y Alonso con su martirio
Fin. La temporada de 2015 acabó bajo el siempre vistoso juego de luces de Abu Dabi. Es una despedida diferente a otras. La Fórmula 1 cambiará a partir de ahora, tanto en la pista como fuera. Es un día de despedidas, en España se dejará de ver en abierto, con el reto que supone eso para su fiel afición. Y en el asfalto, o más bien el reglamento, se buscará un giro de tuerca para devolver la flor a este espectáculo.
Sin embargo, hay cosas que no cambian. Al menos, no lo han hecho para el último acto del año. Mercedes, Ferrari, Sainz, Alonso… Todos acabaron con la tendencia que venían marcando últimamente. Para unos fue un resumen perfecto de su 2015, para otros un impulso para lo que viene en 2016. Pero vayamos por partes. Lo primero es lo primero, y el primero que cruzó la meta y abrió los fuegos artificiales fue Rosberg.
Alguien, no se sabe quién, escondió tan bien la llave de la despensa de Nico que no la encontró hasta México. Entonces, pudo abrirla y dar buen uso a su remesa de espinacas. Alimento con magia que le ha permitido sacar más músculo que Popeye hasta el punto de que cualquiera que solo haya visto las últimas tres carreras se confundirá de campeón. No hay explicación. Rosberg es otro, Hamilton también, y así quedó demostrado una vez más en Yas Marina.
En la salida, Lewis se quedó rezagado y no empezó a recuperar tiempo hasta después de su primera parada. Le fue comiendo segundos a Nico hasta que se quedó a un segundo y medio, momento en el que el alemán entró a boxes y el británico optó por seguir unas vueltas más, 11 concretamente. Su idea era acabar la carrera con un stint corto, rápido y agresivo, y así fue, pero la distancia que le sacó Rosberg mientras no paraba le resultó ser demasiado grande.
Por sus diferentes estrategias se cruzaron un par de veces en la pista en las que Seb tuvo que dejar pasar a Kimi, por raro que suene. Así, sin oposición de nadie, el finlandés disfrutó del champán y el alemán culminó una gran remontada partiendo desde muy atrás. Un dato, ya era cuarto en la vuelta 17 cuando el resto había parado. Nada pudieron hacer contra los coches rojos Sergio Pérez y Ricciardo. Eran fuertes a una vuelta, pero en carrera fue otra cosa.
Grosjean fue protagonista en el reparto del resto de puntos. Primero hizo un trenecito con Hülkenberg, Kvyat y Massa del que salió ganando el de Force India, y después, cuando paró, adelantó a Sainz a tres vueltas del final dejándole sin puntos. Un duro golpe para Carlos, que acabó magullado de todo lo que le pasó. Segundos perdidos por una mala parada, decisión estratégica de Toro Rosso errónea y sin justificación que le perjudicó… Mereció mucho más.
Tampoco fue el día de su amigo Alonso. Es más, se le torció nada más empezar. Salió como un tiro, pero Nasr le tocó y eso le hizo perder el control del coche y golpear a Maldonado. La FIA vio otra cosa y además decidió sancionarle con un Drive Through. Eso, unido a una parada obligada por sus desperfectos, le arruinó toda su carrera. A Button también le dieron, y dos veces: la primera Bottas y la segunda Verstappen, y las dos acabaron con sanción.
A Valtteri con cinco segundos por golpearle al salir de su parada en un fallo de su equipo y suyo propio por no frenar, y a Max con un Drive Through por adelantarle cuando estaba fuera de la pista. Problemas, pero de otro tipo, tuvo Merhi con un Manor inconducible: terminó a 67 segundos de Stevens. Así se echó el cierre al 2015, con una carrera entretenida. Es hora de descansar, darnos al turrón y a los polvorones y recargar las pilas para el 2016. Hasta entonces.
