Mercedes y Red Bull, en el punto de mira

La FIA redefinirá las normas para investigar la suspensión activa

Miguel Carricas
27/02/2017 21:08

La disputa política entre Mercedes, Red Bull y Ferrari por el nuevo sistema de suspensión activa continúa erigiéndose como uno de los temas más controvertidos de la nueva temporada 2017. Según informa la publicación germana Motorsport-Magazin, la FIA aún no ha sido capaz de encontrar ilegalidad alguna en el sistema introducido por las dos primeras escuderías en sus nuevos monoplazas, lo cual confirma las sospechas iniciales de que el polémico diseño no quebranta directamente la prohibición de generar beneficios aerodinámicos a través de la influencia directa de las suspensiones.


Desde que la novedad de Mercedes y Red Bull saliera a la luz hace más de dos semanas, Ferrari ha emitido sucesivos escritos ante la Federación Internacional para denunciar su ilegalidad después de que los ingenieros de Maranello no consiguieran imitar su efecto en el nuevo SF-70H, tal y como avanzó Auto Motor und Sport. No obstante, la presión de la Scuderia sigue sin generar un movimiento de ficha en el organismo regulador del deporte, donde preparan una aclaración formal del reglamento para explicar su postura en torno a la nueva suspensión.

La clave del nuevo sistema reside precisamente sobre un elemento externo aún desconocido que, sin ejercer influencia directa sobre el agarre del coche en las curvas, conseguiría aumentar la velocidad del coche bajo los parámetros de la legalidad. El pasado viernes, la FIA emitió una aclaración técnica a los equipos con el asunto ‘Suspensiones y su efecto en la aerodinámica’ que reflejaba su intención de investigar el asunto con mayor profundidad. "No sólo vamos a fijarnos en el movimiento de suspensiones, sino también qué ocurre después con el coche", resumía el escrito.

A través de este nuevo enfoque de las normas, los ingenieros de la FIA buscarán sancionar el sistema si detectan la existencia de un elemento adjunto al chasis que, amparado en la prohibición explícita de que sean sólo las suspensiones las que mejoren el agarre del monoplaza, consiga generar beneficios aerodinámicos en los monoplazas de Mercedes y Red Bull. Este efecto es precisamente el que algunas voces del paddock señalan como determinante para que ambas escuderías hayan evitado cualquier sanción hasta la fecha.

El nuevo foco del análisis no sólo se basará en los sistemas que accionan la manejabilidad del coche, sino también en cómo se distribuye la fuerza que provoca los mayores niveles de agarre en las curvas lentas. La complejidad de esta nueva suspensión no tiene precedentes en la Fórmula 1 moderna, aunque los dos equipos bajo sospecha no temen que los esfuerzos de la FIA por contentar las presiones de Ferrari puedan obligarles a modificar sus diseños antes del Gran Premio inaugural de Australia.

"Esto no cambia nada: estamos convencidos de que nuestro coche es legal", advierte Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull. La serenidad del directivo británico no sorprende precisamente por la dificultad que afronta la FIA a la hora de introducir una aclaración en el reglamento con dos efectos de difícil conexión: prohibir el nuevo sistema con manifiesta convicción en su ilegalidad, pero sin llegar a revelar el secreto de su funcionamiento para evitar que el resto de equipos busquen nuevas lagunas durante la temporada. La imagen pública de la Federación también puede quedar deteriorada con cualquier redefinición polémica de las normas, algo que tranquiliza a los equipos investigados.