SALIDA DE TORO ROSSO

Hartley: "Desde Mónaco había un plan en marcha para eliminarme"

30/01/2019 14:29

Brendon Hartley se ha abierto a los aficionados para explicar los momentos tan difíciles que vivió en 2018, como piloto de Toro Rosso, por la presión a la que estuvo sometido. El neozelandés revela que desde Mónaco ya planeaban sustituirle.

Brendon Hartley vivió en 2018 su primera temporada completa de Fórmula 1 como piloto titular. El neozelandés sumó su primer punto en Bakú, en la cuarta carrera del año. Aunque llegó al Gran Circo con amplia experiencia en el mundo de la competición, pronto se empezó a poner en duda su continuidad y comenzaron los rumores que hablaban de que le iban a sustituir. 

"No escribo esto para pedir compasión, sólo quiero contar una de las historias sobre uno de los mejores años de mi vida. Tras haber entrado a la F1 con mucha experiencia, con dos campeonatos del mundo de resistencia, una victoria en Le Mans y superando a mi compañero en dos de las tres primeras carreras, fue duro para mí creerme que se hablaba de que me sustituirían tan pronto", ha comentado Hartley en declaraciones para The Player's Tribune.

Los rumores se convirtieron en presión para Hartley en un año difícil, en el que sentía que con cada movimiento se podía equivocar.

"Lo peor de ese día fue descubrir que los rumores eran verdad. Parecía que tras algunas carreras, había gente que no me quería ahí. Volví a nuestro apartamento esa noche y miré los muros del circuito de Montecarlo, sabiendo que si tocaba esos muros ese fin de semana, mi trayectoria en F1 podría acabarse en algunos días", ha relatado.

"Sabía que cada sesión me ponía cada vez más presión, cada tiempo, cada resultado iban a juzgarlo y que podrían usarlo en mi contra para levantarme de mi asiento", ha añadido.

"La sensación de estar bajo escrutinio no se fue en todo el año. Sentía que si me tiraba un pedo en el coche, alguien escribiría o haría un comentario sobre eso", ha apuntado Hartley antes de recordar el día de su última carrera de F1, la de Abu Dabi.

"No tenía ni idea de lo que iba a pasar. Es lo que pasa con la política en la F1. Una hora tras la carrera me llamaron para una reunión. Minutos más tarde, ya no era un piloto de Fórmula 1. Volví a mi habitación, le di un abrazo a Sarah. Hubo algunas lágrimas, tristeza, pero yo ya miraba al futuro, a los próximos pasos", ha recordado.

"En la reunión no se dijo mucho. Me quedó claro que incluso desde Mónaco había un plan en marcha para eliminarme", ha señalado.

"Cuando dejé a Sarah y a mis compañeros, fui al garaje y les dije a algunos de los chicos que no volvería. Fue duro. Decir adiós ese día fue una de las cosas más duras que he tenido que hacer. Me fui del circuito con el mismo sentimiento de cuando llegué: orgulloso", ha destacado el neozelandés, que admite que echará de menos el Gran Circo, pero asegura que se siente más preparado tras 2018 para oportunidades futuras.

"Lo echaré de menos, mentiría si dijera que no. La puerta de la F1 definitivamente no está cerrada y la experiencia acumulada en un año en la categoría reina significa que llegaré más preparado y fuerte a las oportunidades que se presenten a continuación", ha compartido para terminar.