Actualidad

La ciudad de Estrasburgo prohibirá la circulación de Diesel en 2025

25/09/2019 15:51

Estrasburgo es una de las sedes del Parlamento Europeo y la ciudad donde está el Tribunal Europeo, al que tantas veces se elude para enmendar legislaciones o actuaciones estatales o judiciales.

Pero Estrasburgo también quiere ser un referente en cuanto a emisiones, de tal modo que ha anunciado una serie de medidas rápidas y drásticas para sanear su aire y avanzar hacia la etiqueta de ciudad 'verde'.

Dos medidas ya están en marcha: una transformación de la A3, que pasará de ser una vía rápida urbana a convertirse en un espacio verde, proyecto aprobado a primeros de julio, y el despliegue de una Zona de Bajas Emisiones desde enero de 2021, que restringirá progresivamente la circulación a los vehículos más contaminantes.

La puesta en marcha de una gran vía de circunvalación –GCO por Grand Contournement Ouest– permitirá la transformación de una parte de la A35. Serán 30 kilómetros de autopista que pasarán a ser una zona de circulación de baja velocidad, prohibida para camiones, alrededor de la cual surgirán 560 hectáreas de espacio verde. Las obras comenzarán en 2021, cuando la autopista de peaje GCO esté terminada.

Las autoridades locales creen que esta medida contribuirá a reducir en un 14% el tráfico urbano. Este porcentaje se refiere a los desplazamientos de vehículos particulares, que pasarían del 46% al 32%.

La Zona de Bajas Emisiones prohibirá primero el acceso a los vehículos sin distintivo medioambiental Crit'Air. En 2022 restringirá el paso a los clasificados con la etiqueta 5; en 2023 a los de etiqueta 4 y así hasta llegar a 2025 y limitarlo a la Etiqueta 2. A la práctica, esto implica prohibir la circulación de los Diesel a mitad de la próxima década.

El alcalde de Estrasburgo ha dicho al respecto que su ciudad "es uno de los 13 territorios franceses señalados por la Comunidad Europeo por la mala calidad del aire". Y eso es inaceptable al tratarse de una ciudad de referencia para los estamentos políticos del continente.

Esta política va en línea con las actuaciones previstas en Barcelona, que introducirá una Zona de Bajas Emisiones en 2020, y también en Madrid, aunque el nuevo ayuntamiento ha suavizado y reducido la normativa de la administración anterior.

El ejemplo de Estrasburgo confirma que no es un capricho local, sino que los consistorios avanzarán en esta dirección para evitar las duras sanciones por calidad de aire que prevé la normativa europea para estos casos.