El escándalo del Crashgate cumple 14 años
Hoy se cumplen 14 años de uno de los escándalos más sonados de la Fórmula 1: El Crashgate, que se dio durante el Gran Premio de Singapur de 2008, del que Fernando Alonso salió vencedor. Un año después se conocería que su compañero de equipo fue presionado para chocarse contra el muro y así favorecer al piloto asturiano.
En una temporada en la que el equipo Renault se estaba intentando resarcir de los malos resultados del año anterior, la Fórmula 1 llegaba a Singapur en 2008 para celebrar la primera carrera nocturna de su historia.
Fernando Alonso, que estaba demostrando un rendimiento en la sesión de clasificación que hacía penar que estaba a su alcance hacerse con la Pole, se quedó tirado en la Q2 por un problema de combustible. El piloto asturiano clasificó en decimoquinta posición.
Justo antes de la carrera, Flavio Briatore, el por entonces jefe de Renault, y Pat Symonds, director técnico de la escudería, se reunieron con Nelson Piquet Jr, compañero de equipo de Alonso. En dicha reunión los jefes le pidieron al piloto brasileño que provocara su propio accidente para favorecer al bicampeón, y éste accedió.
Durante la carrera, el piloto asturiano entró el primero a hacer su parada en boxes en la vuelta 12. Dos vueltas después, Piquet se chocó contra el muro de la curva 17, lo que provocó la salida del Safety Car. Después de que Alonso se acercara al grupo, lo pilotos que estaban por delante fueron parando hasta que éste escaló hasta el primer puesto y ganó la carrera.
Todo esto sucedió de manera interna dentro del equipo, por lo que el público no fue conocedor de lo que realmente ocurrió entre bambalinas. Pero, casi un año después, tras ser despedido de la escudería, Piquet decidió declarar ante la FIA, a través de su padre, contando su versión de los hechos de aquel 28 de septiembre de 2008.
El piloto brasileño aseguró haberse sentido coaccionado por Briatore, pues su renovación todavía estaba pendiente de realizarse y sintió miedo de no continuar en el equipo francés. Por ello, la FIA abrió una investigación y llamó a declarar a los implicados.
Finalmente, la FIA castigó al por entonces jefe de Renault con la prohibición de acudir a cualquier evento relacionado con la Fórmula 1 de por vida, y a Symonds se le aplicó la misma prohibición durante cinco años. Mientras, Alonso y Piquet salieron impunes, pues no hubo manera de relacionar al asturiano con el suceso y Nelson Piquet Senior se encargó de que su hijo tuviera inmunidad si testificaba.
