Mientras la 'tormenta COVID-19' arrecia, la Fórmula E parece mantener la calma

La Fórmula E ha podido celebrar sus cinco primeras fechas –las dos de Arabia Saudí, Chile, Argentina y Marrakesh–, pero ha aplazado ya cuatro –Roma, París, Seúl y Jakarta– y las cuatro que restan en el calendario –Berlín, Nueva York y la cita doble de Londres– están en serio riesgo de verse gravemente afectadas.

Es cierto que todas estas citas son a finales de junio y durante julio, que queda tiempo todavía, pero el problema no es ese únicamente, el de que la pandemia esté globalmente superada. Hay otros dos factores que juegan fuerte en la ecuación y no de forma favorable: el tiempo necesario para habilitar el trazado, lo que implica el poder trabajar en acondicionarlo de unos diez días como promedio, quizás algo menos en el caso de Berlín porque empieza el terreno del viejo aeródromo de Tempelhoff. Y el segundo el saber si los ayuntamientos involucrados continuarán aportando su apoyo financiero a la prueba o prefieren dedicarlo a otros fines.

No son los únicos detalles a tener en cuenta. Nueva York es ahora el núcleo donde la infección es más grave en Estados Unidos. Allí las cosas comenzaron bastante más tarde que en Italia o España, así que también debía ser más tardía la recuperación.

Algo similar sucede en Gran Bretaña, aunque el calendario parece más favorable. Pero el epicentro del trazado elegido está siendo transformado en UCI de emergencia.

Son detalles que hacen pensar que el campeonato 2019-2020 de la Fórmula E pudiera ser dado por finiquitado tras las cinco carreras ya celebradas. Podría ser una 'bofetada' importante al certamen. Pero las 'huestes' de Alejandro Agag tienen dos 'jokers' bajo el brazo.

Primer joker: la Fórmula E podría aprovechar septiembre y octubre para completar la temporada, si los ayuntamientos o corporaciones locales están de acuerdo, pueden hacer frente al costo.

Segundo joker: los equipos pertenecen a los grandes constructores o al menos están financiados por éstos, lo que les da músculo para aguantar, así que esto es una buena noticia. Los presupuestos de la categoría, además, son mucho más ajustados y los fabricantes están involucrados en esta tecnología. Los 'jefes' saben mucho mejor lo que se cuece en el mundo y entienden la situación.

Agag tiene muchos recursos para sacarla adelante. De hecho ya fue una sorpresa el hecho de que lograra poner en marcha la categoría y sobrevivir a las dos primeras temporadas.  

Aunque en teoría la temporada no es de año natural, sólo una cita –la carrera doble de Arabia Saudí– se disputó en 2019; las restantes lo son de 2020. El calendario va de noviembre a julio, pero no sería un problema grave cambiar de enero-febrero a julio-agosto.

Dos patas complicadas. Dependencia de las arcas municipales y de los grandes constructores, siempre sensibles a la situación socioeconómica, pero en contrapartida dos importantes: responden al camino que han emprendido las marcas y la obligada apuesta de las ciudades por los coches cero emisiones... aunque los 'petrolheads' renieguen de lo eléctrico.