El techo presupuestario: ¿tratamiento eficaz o pura cosmética?

Primero, por la dificultad que supone controlar el presupuesto por parte de la FIA. Segundo, porque buena parte de los equipos no alcanzan esa cifra ni de lejos. Y tercero, porque si los grandes están de acuerdo en limitar sus armas presupuestarias, estoy seguro de que ya han calculado que conservarán una ventaja sobre los demás. Quizá más reducida, menos aparente, pero una ventaja suficiente, a fin de cuentas.

Nadie acepta perder sus ventajas salvo en el caso que le vaya la supervivencia en ello. Pero no creo que en el mundillo endogámico de la Fórmula 1 exista de verdad esa percepción, al menos todavía.

Los 175 millones de dólares parecen una cifra razonable para muchos. Pero de estos están ausentes 15 millones para los propulsores, el salario de los pilotos, los costos logísticos y también el salario de los tres ejecutivos de mayor rango del equipo.

Si sumamos las cifras de los gastos exentos en el techo presupuestario, posiblemente estaríamos hablando de cifras cercanas a los 250 o 275 millones de dólares, y eso que no contamos el marketing en la ecuación.

Y siempre cabe la posibilidad de que los gastos de marketing camuflen total o parcialmente parte de los sueldos del personal técnico mejor pagado, por ejemplo. O que este personal sea pagado directamente por 'partners' o 'patrocinadores'.

Equipos que, a la vez son motoristas o ligados a un motorista… es decir tutelados por una gran marca, lo que les permitiría posiblemente disimular algunas partidas de gasto técnico en la matriz.

¿Cómo contralar el costo I+D de los 'partners' o los grandes constructores involucrados en algunas áreas?... por ejemplo, el tratamiento del 'big data'.

En el caso de los equipos pequeños, aún en el hipotético de que alcancen el mínimo establecido de 175, el resto de variables elevaría su montante hasta los 220 o 230 millones.

Lo que nos dice la realidad es que la mayoría de equipos pequeños funcionan con presupuestos netamente inferiores a esos 175 millones que ahora se presentan como límite.

Lo siento, pero esto me recuerda más a una promesa electoral que a una propuesta real. O, como sucede en tantos ámbitos de la vida, una ley aprobada a falta de aplicarse porque no se ha desarrollado el reglamento. Permite a los responsables decir que se han hecho las cosas, que se ha avanzado… pero en realidad todo sigue igual o prácticamente igual.

Quizá sea mejor que nada, pero, hasta ver cómo funciona en 2021, seguiré pensando que todo esto es un 'trucco' cosmético.