Tengo el corazón partío

La alegría máxima nos la ha dado el espectacular resultado de cinco españoles en los 1000 kilómetros de Paul Ricard, carrera de la Blancpain Endurance Series con más de 60 coches en parrilla, en la que en los cinco primeros coches clasificados -¡todos de marca distinta, ojo al dato!- había un piloto español: Andy Soucek, Miguel Molina, Antonio García, Dani Juncadella y Lucas Ordóñez. Y la gran actuación de Albert Costa, que puso el Jaguar sorprendentemente en cabeza en los inicios de carrera, pero que después se vio traicionado por la mecánica. Y aún Miguel Toril, que cumplió perfectamente con una formación privada. Recuerdo los tiempos en los que Alex Soler Roig, Jorge de Bagration. José Manuel Uriarte, Rafa Barrios o Eusebio Bonjoch eran protagonistas del Europeo de Turismos… hace de esto más de 40 años.

Soucek, Molina, Antonio y Albert son ‘hijos’ de las World Series que creó en su día Jaime Alguersuari y que nos dieron -aparte de estos- otros pilotazos como Marc Gené, Fernando Alonso o Carlos Sainz.

Y en esta tesitura comparé con lo que estaba sucediendo en Motorland Aragon, donde se disputaba una carrera de las World Series… con los españoles brillando por su ausencia, como en los últimos años, cuando en las primeras temporadas había más de una docena de pilotos nacionales en pista, por no decir el 80% de una parrilla que entonces era mucho más nutrida que la actual.

Recuerdo triste aquellas épocas, con rabia por lo actual y descorazonado por ver que la Fórmula 4 española, el que debería ser el campeonato nacional de iniciación en monoplazas, se ha celebrado casi de tapadillo, camuflado. Si no llega a ser por el espectacular accidente en la segunda carrera -el ángel de la guarda no sólo existe, sino que hizo horas extras en Alcañíz- posiblemente nos habríamos enterado de la carrera solamente por unos locos. Y eso que había cuatro promesas jóvenes en liza, entre ellas Marta García, una de las mujeres con mayor potencial en el mundo del automovilismo internacional.

¡Ver para creer!

Y claro… De Alex Palou mejor no hablar. El que fuera por dos años piloto de GP3 no pertenece a una generación perdida, se niega a ello. Corrió este fn de semana de nuevo en la Fórmula 3 japonesa, donde cosechó un cuarto y un seugndo puestos que le mantienen segundo en el campeonato… Pero quizá Japón nos quede demasiado lejos para prestarle atención.

Si tras Fernando Alonso hubo algunos que apuntaban a tomar el relevo y llegaron a la Fórmula 1, Carlos Sainz y forma más efímera Roberto Merhi, me temo que para el siguiente habrá que esperar tiempo, mucho tiempo. El relevo ni está ni se le espera, salvo sorpresa.

Como dice la canción, este fin de semana tengo ‘el corazón partío’.