Me he quedado atrapado en carretera por la nieve: ¿qué hago?

Aunque lo ideal es conocer el estado de la carretera antes de realizar el desplazamiento –si la previsión es negativa lo mejor es posponer el trayecto–, en alguna ocasión el temporal puede sorprender a los conductores y dejarles atrapados durante horas en la carretera por los cortes producidos. Pero, ¿cómo debemos actuar si nos quedamos inmovilizados en carretera por culpa del temporal? Aquí van unos consejos para actuar de la mejor forma posible en esta molesta y, en ocasiones, peligrosa situación.

1. Tener provisiones y abrigo. Si a pesar de las indicaciones, uno decide ir a la aventura y se queda atrapado por la meteorología adversa, al menos debe ser previsor. Llevar en el automóvil comida, agua y ropa de abrigo ayuda notablemente a pasar el mal trago del momento. También es indicado tener un móvil con la batería cargada –acompañado del cargador correspondiente–, para tener abierta esa vía de comunicación, mientras haya cobertura.
2. Mantener la calma y no ponerse nervioso. Las autoridades pertinentes llegarán tarde o temprano a la zona crítica y descongestionarán el sector afectado lo más rápido posible. Son conscientes de la situación y actuarán con la máxima diligencia.
3. Actividades que hay que efectuar dentro del vehículo. Hay que evitar dormirse y deberemos estar atentos a los mensajes de radio para obedecer las posibles órdenes que lacen las autoridades desde las diferentes emisoras. Por otra parte, conviene hidratarse y ventilar durante unos instantes el habitáculo periódicamente para que se oxigene.
4. Mantener encendido el motor. En invierno es indicado cargar el tanque de combustible lo máximo posible ya que, si surge una situación de este calibre, hay que mantener la calefacción y el motor en marcha. Además, cada cierto tiempo debemos revisar si el tubo de escape queda sepultado por la nieve acumulada, ya que no debe obstruirse o podríamos sufrir asfixia dentro del coche por los gases nocivos.
5. Otros consejos. Algunos de ellos pasan por equipar los neumáticos con cadenas, montar neumáticos de invierno o despejar los cristales de nieve y hielo con un rascador –nunca con agua caliente, ya que el contraste de frío y calor puede romper la luna–. Si se empañan los cristales, el aire acondicionado ayudará a secarlos.