¡Nos quedamos sin coches!

Bien es cierto que el año que viene la categoría reina del automovilismo va a darle la bienvenida a un nuevo desaprensivo que llega con más ganas que el anterior y menos que el siguiente. Gene Haas espera consolidarse en la Fórmula 1 en un periodo relativamente corto con un buen sustento económico y el soporte de la Scuderia Ferrari. Si lo conseguirán o no, eso es algo que sólo el tiempo dirá. Pero antes de eso, hay problemas más graves.

El nexo lo encontramos en uno de los pilotos de Haas. Romain Grosjean deja el único equipo con el que ha competido en la Fórmula 1 para embarcarse en una nueva aventura. Aunque visto lo visto, puede que quedarse donde estaba fuera la verdadera aventura. Lotus está en una situación muy precaria que lleva empeorando desde 2013. Ya en ese entonces se retrasaron en el pago de Kimi Räikkönen y el equipo parece no haber levantado cabeza.

De ser el mejor del grupo perseguidor y estar por delante de Mercedes, han pasado a ser simplemente uno más del paddock. Bueno, uno más en lo que se refiere a lo deportivo. En lo económico, si situación es tristemente única. La falta de dinero se ha ido acusando hasta el punto que en varias carreras este año se ha dudado sobre su participación hasta el último momento.

Seguramente, el peor momento del año se vivió en Suzuka, donde por impagos el equipo se quedó sin acceso a su 'hospitality', lo que significó que tampoco tuvieran lugar donde comer. Hubo que meterse Bernie Ecclestone por medio para salvar los muebles. Lo mismo que en otra ocasión con una factura a Pirelli, que no quería proporcionar sus gomas al equipo de Enstone sin ver los billetes. 

Se supone que Renault debe comprar el equipo -declaran que esa es su intención- y salvarlo del desastre. Pero no está nada claro. En los últimos meses la frase 'Renault, a punto de anunciar la compra de Lotus' se ha repetido hasta la saciedad. Cierto es que el retorno de la Régie a Enstone es un paso natural teniendo en cuenta que esa fue la estructura de los franceses la última vez que estuvieron en la categoría reina y que hasta 2014, suyos eran los motores de Lotus.

Pero la situación ha cambiado. En Renault no han tomado aún una decisión en firme y cada día que pasa la situación es más complicada para un equipo al que se le acaba el tiempo. Pastor Maldonado ha sido confirmado -con las implicaciones económicas que ello conlleva- y el segundo coche puede ir a parar tanto a otro hombre que traiga patrocinadores como a alguna estrella sorpresa que pueda revitalizar al equipo. Pero existe la posibilidad de que en 2016 Lotus no esté compitiendo.

En los últimos años, la tendencia de la Fórmula 1 está siendo la de equipos que desaparecen. HRT dejó de competir en 2012, Caterham en 2014 y Marussia casi lo hace también el año pasado -afortunadamente, parece que están seguros por ahora-. La desaparición de otro equipo ahora sería dramática, aunque no sorprendente. No en vano se han quejado equipos como Sauber y Force India del reparto de dinero de la Fórmula 1. A fin de cuentas, se trata de escuadras que también han pasado tiempos difíciles y cuyo futuro tampoco está asegurado.

Pero más allá de Force India, de Sauber o de Lotus, la mayor preocupación de la Fórmula 1 se encuentra en Milton Keynes y Faenza, dos lugares que no sufren problemas de dinero -¡ya hay que tener narices!-. El culebrón del verano está siendo sin ninguna duda el de los motores de Red Bull y Toro Rosso. La relación con Renault está esencialmente rota y todo parece indicar que los franceses solo tendrán motores el año que viene si compiten con un equipo propio.

¿Dónde deja esto entonces a Red Bull y Toro Rosso? Pues les deja en una situación en la que deberían elegir su nuevo proveedor de motores entre Mercedes, Ferrari o Honda. La primera opción es imposible puesto que los alemanes ya han dicho que no tienen ninguna intención de dar sus motores a unos rivales que consideran peligrosos. Darle un motor competitivo a un Red Bull es lo mismo que entregarle una pistola a alguien que intenta atracar un banco.

Honda no debería ser a priori una opción, puesto que parece ser que por contrato McLaren aún tiene derecho a la exclusividad. Aún así, a los japoneses les convendría tener un par de coches más en pista para rodar y solucionar sus problemas. De ahí que los rumores apunten a que Toro Rosso podría plantearse esa solución. Pero, ¿y Red Bull? Ferrari es el único motor que le queda y los italianos están dispuestos a dárselos.

Aunque claro, no todo es tan fácil y sabiendo que Red Bull es un equipo competitivo, los motores no serían los mismos que montarían los coches rojos. Esto no ha sentado bien en Red Bull y amenazan con irse de la Fórmula 1 si no cuentan con motores 'pata negra'. Es lógico, buscan rentabilizar su presencia en la Fórmula 1 y jugar con la política para sacar el mejor rendimiento de sus monoplazas.

Pero existe una posibilidad real de que ni Red Bull ni Toro Rosso tengan motores el año que viene. A fin de cuentas, no se puede obligar a los fabricantes a dar motores a los equipos -aunque la FIA o Ecclestone sí podrían ofrecer suculentas compensaciones por ello- y si en Ferrari acaban por negarse, los equipos de la marca de bebidas energéticas podrían quedarse sin motor. Además, con el reciente 'bombazo' del grupo Volkswagen, las posibilidades de entrar en la Fórmula 1 en el futuro se desvanecen en una bola de humo.

Una solución digna de circo sería ofrecer un porcentaje extra de 'tokens' para el motorista que asegure la continuidad de Red Bull y Toro Rosso. Veríamos entonces bofetadas por equipar a los 'toritos'. Aunque para ello, la situación debe llegar a un punto insostenible. Puede que incluso sea esto lo que busquen Christian Horner y compañía. Pero, ¿se arriesgará alguien a tensar tanto la cuerda que pueda esta romperse? Si se rompe, son cuatro coches menos en parrilla, lo que en el mejor de los casos dejaría a la Fórmula 1 con 18 coches.

No hay que hacer un drama con los números; a fin de cuentas estuvimos a punto de tener tan solo 18 coches a tiempo completo este año y sólo el retorno a última hora de Manor cambió la situación. Y siempre es preferible tener a 18 coches competitivos que 12 competitivos y 12 figurantes. Pero si las cosas van mal, podríamos quedarnos con 16 -si se va Lotus- o menos, en el caso de que otros equipos sufran problemas económicos. La Fórmula 1 debería plantearse entonces una vez más la idea de los tres coches. En Mercedes se preparan ya por si acaso. Pero no caerá esa breva, ¿verdad?