La IA hará que los radares sean mucho más capaces: ya hay una prueba piloto en Reino Unido

El radar que todos tenemos en mente es una trampa de velocidad: si el sistema detecta que el vehículo se desplaza a más velocidad de la que permite la vía, inmediatamente se hace una fotografía, se cotejan los datos con el registro de tráfico y se impone la sanción pertinente. Pero la IA tiene potencial para ampliar las funciones de estos radares, de tal modo que puedan pasar a supervisar otras cuestiones que hasta ahora escapan a su control.

En el Reino Unido, estos súper-radares son capaces de detectar y multar a los conductores que no respetan los semáforos en rojo o que usan el teléfono al volante. También es capaz de monitorizar al resto de ocupantes del vehículo, de tal modo que el sistema consigue identificar cuándo alguien no lleva puesto el cinturón de seguridad o si un niño no viaja en la sillita que le tocaría por norma. Todo esto se comunica a la policía, que emite la multa pertinente.

Pero los radares con inteligencia artificial pueden ir a más y también se pueden convertir en aliados de la policía para identificar a los conductores bebidos. No multan automáticamente, sino que actúan en tándem con una patrulla de tráfico.

La IA monitoriza la trayectoria de los coches y, cuando ve comportamientos extraños que se podrían corresponder con la ingesta del alcohol, notifica a los agentes de policía para que estos lo intercepten momentos después. Es entonces cuando tiene lugar la prueba de alcoholemia de turno, tal y como ocurre en la actualidad.

“La tecnología monitoriza múltiples atributos”, ha a la revista TopGear el consejero delegado de Acusensus, una empresa que ofrece una IA capaz de detectar a los conductores que usan el teléfono móvil. “Detecta si un coche va de lado a lado. Si el coche hace algo que se salga del comportamiento esperado, entonces el sistema da la alerta y el equipo de intervención puede detener al vehículo para proseguir con la investigación”.

“No sabemos cuántas variables tendremos que monitorizar y tendremos que encontrar un equilibrio entre alertar por todo el mundo o parar a un coche de cada 10.000, pero intentaremos replicar los parámetros en los que se fijan los agentes de policía para identificar a conductores bajo el estado del alcohol y así hacer que las carreteras sean más seguras”.

ESTOS RADARES AÚN NO HAN LLEGADO A ESPAÑA

En el Reino Unido ya ha empezado una prueba piloto, pero toda esta tecnología de momento no se ha empezado a usar en España. Aquí, lo único que existen son trampas de velocidad convencionales y también radares que detectan el uso del cinturón de seguridad o del teléfono móvil al volante.