Padre, he pecado: me gusta el nuevo Abarth 500 eléctrico

Fiat tiene que convertirse en eléctrica sí o sí, y su primer intento ha sido el Fiat 500, un coche estupendo que se está vendiendo muy bien en Europa, con casi 80.000 unidades al año, y aunque de momento está lejos del éxito del Fiat 500 anterior, que se vendió con todo tipo de motores de combustión –del híbrido aún queda stock en algunos concesionarios–, el camino marcado para el eléctrico es similar: a la carrocería de tres puertas le siguió el descapotable y, ahora, versiones Abarth. Pero ¿tiene sentido un pequeño eléctrico deportivo? Pues… no sabríamos la respuesta. Lo que sí sabemos es que ¡nos gusta! ¿Es pecado que nos guste un eléctrico deportivo? Vamos a verlo.

El tratamiento sport del Abarth 500e no consiste en una mecánica más potente 'y ya', sino en la clásica transformación de los GTI a la europea: nuevos paragolpes y faldones, suspensión más baja y deportiva, ruedas más grandes, llantas de mayor tamaño, un interior completamente terminado en color negro, asientos muy deportivos, volante de cuero… El coche nos atrapa por su aspecto por dentro y por fuera, especialmente en las ediciones amarillo fluor y azul intenso exclusivo de esta gama, que se ofrece también en los colores negro, rojo y blanco, todo ello salpicado de detalles pero… sin las típicas banderas italianas ¡y eso que es 'Made in Italy'!

Por supuesto, la potencia sube, y es ahora de 155 caballos, con una velocidad máxima muy justa, de solo 155 por hora –suficientes para que nos quiten el carnet, por otra parte– y una aceleración de 0 a 100 en siete segundos que no impresiona mucho, pero que hace el coche muy ágil. La batería no crece, es de 35 kWh y la autonomía homologada es muy justa, con 266 kilómetros en la versión de llantas de 17 pulgadas y 252 kilómetros en la versión 'Turismo' que conducimos en nuestra prueba, pocos, porque en la 'vida real' serán unos 200 entre recargas.

MUY BIEN EN CURVAS

Con estas premisas partimos hacia nuestra prueba, con un buen tramo de autovía en el que el coche se mueve bien y conseguimos un consumo de menos de 18 kilovatios hora cada 100 kilómetros. Probamos el modelo cabrio, y la verdad es que en autovía el ruido de la capota resulta bastante molesto, por lo que hay que reservarlo para las carreteras más viradas. En estas nos encantó lo bien que se mueve, lo bien que apoyan las cuatro ruedas y la buena frenada, para lo cual incorpora nuevos discos en el eje trasero. Tiene tres modos de conducción, pero no tenemos levas tras el volante, que nos permitirían regular mejor la frenada regenerativa, y cada modo –Turismo, Scorpion o Track– tiene una retención diferente, lo que nos desconcierta un poco. También es raro que una de las cosas más divertidas de este coche, que es el sonido a motor de combustión, tenga que activarse a través de cuatro menús de la pantalla y solo en parado, cuando lo suyo sería un botón para activarlo en cuanto llegamos a zonas de curvas. Todo eso hace que nos divirtamos un poco menos, y que este coche tenga margen de mejora.

EL ABARTH MÁS CÓMODO EN CIUDAD

Volvemos a Madrid y nos vamos a la ciudad, donde el coche se mueve de forma muy fácil entre el tráfico, mostrando esa doble vertiente entre ciudad y carretera que debe tener un coche eléctrico como este, de hecho es mucho más cómodo que los Abarth de gasolina anteriores, coches mucho más atractivos para ir de tramo que para circular por ciudad, al contrario que este nuevo eléctrico.

Llegamos al asunto del dinero, y es que este coche es caro. El precio en la web es de 37.000 euros para la versión cerrada y 40.000 para el cabrio, a los que hay que sumar 4.000 euros más si elegimos la versión 'Turismo', más equipada, con los colores de lanzamiento y la que más nos gusta. También se puede conseguir desde 260 euros al mes si financiamos. Pero no es este su principal defecto, sino la autonomía, y es que aunque sirve para la ciudad, los 260 kilómetros se quedan muy justos en carretera, y hacen que miremos con envidia los 330 kilómetros del Fiat 500 eléctrico de 118 caballos. Además de la batería algo pequeña, al Abarth 500 le faltaría un volante y asientos calefactables de serie, las mencionadas levas del cambio y algún detalle más pero, aún así, es difícil resistirse a su carisma, atractivo y fácil uso en ciudad, así que, como segundo coche urbano y especialmente descapotable, nos parece una opción a tener en cuenta... si no nos importan el dinero ni la autonomía.