SV Rover, lo más loco de Scarbo Vintage

El nombre de Scarbo Vintage quizás les suene. Es la misma empresa que construyó el espectacular “Hoonipigasus” de Ken Block, automóvil auténticamente icónico.

A primera vista parece un Defender clásico, con la carrocería ‘aligerada’, un poco como Santana hizo con el Santa Land Rover Ligero. Pero las apariencias engañan y hasta aquí y el diseño del tablier, llega el parecido con el Defender de la vieja generación.

“El SV Rover representa un nuevo extremo en términos de potencia, maniobrabilidad y capacidad fuera de la carretera. Estamos emocionados de presentar este vehículo revolucionario, que combina la nostalgia del diseño británico clásico con el músculo y la tecnología estadounidenses modernas para ofrecer una experiencia de conducción más allá de cualquier cosa en este lado de un trofeo de carreras”, ha explica Joe Scarbo.

La presentación del modelo tuvo lugar en la FAT International Race en Aspen, Colorado. Es decir, ante un grupo de clientes potenciales capaces de pagar el 1.500.000 dólares que cuesta la base del modelo; el hecho de que sólo se construyan bajo pedido hace pensar que la factura final puede aumentar a poco que el cliente incluya algunas personalizaciones.

La carrocería está hecho de aluminio y fibra de carbono y el interior ofrece sólo dos plazas. El espacio normalmente debería acoger la segunda fila de asientos está reservado para albergar el motor, que tiene así posición central.

El motor es un V8 americano sobrealimentado capaz de ofrecer 1.100 caballos, acoplado a un cambio semiautomático de 8 velocidades, con manos por paletas al volante. También se puede optar por un motor eléctrico de 1005 caballos y un pack de baterías de 75 kilovatios hora.

Pero todo va mucho más allá. Y no porque el interior esté tapizado de Alcántara o tenga una pantalla de 12,8 pulgadas y otra de 12,63 para la instrumentación. Sino porque todo el resto del coche parece superlativo.

Para empezar, neumáticos de 40 pulgadas, en llantas de 20 pulgadas, enormes, que parecen capaces de escalar cualquier obstáculo. Y para rematar unas suspensiones neumáticas, que permiten un largo recorrido, ¡76 centímetros!, prácticamente el doble que los T1+ del Dakar, Por supuesto, tracción a las 4 ruedas engranable, con caja transfer que incluye reductora y diferenciales bloqueables. Y para ‘pararlo’, unos frenos carbón-cerámicos Brembo.

Debo reconocer que el SV Rover promete fuertes emociones, desde luego. Ya las fotos te dejan entre sin aliento y estupefacto, pero imagino que si tienes la oportunidad de conducirlo, cualquier otra cosa sobre ruedas parece un juguete.