Lo siento Michael, la F1 sólo sabe mirarse al ombligo

Cada vez que leo el comunicado de la F1 sobre la no admisión de Andretti no dejo de salir de mi asombro. He tenido que leer dos veces o tres veces el titular, pellizcarme alguna más, para darme cuenta que sí, que le daban con la puerta en las narices a la candidatura de Andretti y Cadillac.

No tengo claro si es ‘pataleta’ de la categoría, una ‘respuesta-venganza’ por la forma en que Andretti ha presionado su entrada o un ‘daño colateral’ de la batalla F1-FIA. Unos no son de ‘FIAr’ y otros menos. Incluso me pasa por la cabeza que intentan detener posibles fugas de personal hacia bases americanas.

La razón de la negativa se cae por su propio peso. ¿No aporta valor? Como si Haas aportara alguno. Como si lo que hasta ahora era AlphaTauri aportara mucho o como si Williams en la última década era algo más que decadencia… por citar algunos ejemplos.

Díganlo claro: no queremos dividir el dinero. Tememos que Andretti ‘nos robe’ todavía más quedando por delante nuestro. Supongo que Guenther Steiner debe sentirse ahora como ‘El Cid’, que ganó una batalla después de muerto.

En cualquier caso, Domenicali, Wolff, Vasseur y Horner me recuerdan claramente a los tres monos sabios -Mizaru, Kikazaru e Iwazaru- que representan ‘ni ver, ni oír, ni hablar’. 

Desde hace mucho tiempo la gobernanza de la F1 me decepciona. Lo peor no es que no escarmiente, sino que en ese camino se supera… pero soy adicto y todavía seguiré enganchado.