Pirelli mantiene la gama más blanda para Austria, aunque la lluvia amenaza la carrera

La Fórmula 1 regresa este fin de semana al Red Bull Ring, un trazado icónico que desde los años 70 ha estado presente en el calendario de la categoría reina del automovilismo, aunque no siempre bajo la nomenclatura de la marca de las bebidas energéticas. Al igual que en 2022 y 2023, Spielberg acogerá una de las seis carreras Sprint de la temporada, lo que hace que el tiempo de pruebas se reduzca a tan sólo una hora de entrenamientos libres.

Junto a la Fórmula 1, cabe recordar que la F2, la F3 y la Porsche Supercup estarán presentes en el circuito este fin de semana, por lo que la pista no evolucionará demasiado en comparación con otros lugares donde apenas hay movimiento entre sesiones de la categoría reina.

Para esta edición, Pirelli se ha vuelto a decantar por la gama más blanda de su abanico: los compuestos C3, C4 y C5 serán los protagonistas este fin de semana. Según los datos que maneja el fabricante italiano, el Red Bull Ring es un trazado que cuenta con una superficie bastante abrasiva, pero las leves cargas laterales que sufre el neumático durante la vuelta lo contrarresta y, por tanto, el nivel de degaste de las gomas en Austria no es demasiado alto.

Eso sí, los pilotos deberán atender muy bien a la temperatura de sus ruedas, ya que es fácil sobrecalentarlas en este circuito especialmente en el tercer sector, compuesto por curvas de alta velocidad donde el neumático sufre mucho más que en las rectas del primer y segundo sector.

En las últimas ediciones, la estrategia ganadora ha resultado ser a dos paradas, utilizando los neumáticos medios y duros. El blando rara vez se ha utilizado en la carrera del domingo, pues lo normal es ver este compuesto en el Sprint del sábado.

No obstante, este año las cosas pueden cambiar. Según las previsiones meteorológicas, el Gran Premio de Austria debería ser en seco tanto el viernes como el sábado, pero para la carrera del domingo hay en torno a un 50% de probabilidad de lluvia.