Los pilotos, en lucha con el asfalto en Austin

Todo porque el asfalto de Austin estaba bacheado y el viento en algunos puntos aumentaba el problema de los baches, hasta el punto que mantener el límite de la pista no era nada sencillo.

Bueno, más que baches eran como olas, como si el asfalto fuera un perfil ondulado. Lewis Hamilton lo resumió a la perfección: "Con el coche del pasado año, esto se sentía suave. Pero ahora es diferente, siento cómo se me caen los empastes de los dientes… ¡afortunadamente no tengo muchos!".

Es cierto, los coches actuales, efecto suelo, exigen una suspensión dura y los baches se notan mucho más. Y en Austin las cosas han llegado al límite. Ya en 2019 hubo algún problema, pero éste había desaparecido en 2021. Y pese a ello los pilotos de motos se plantaron el pasado año y a principios de año se reasfaltó la pista al menos en varias curvas, incluso se ha reforzado el subsuelo.

Vettel explicó la razón. "Esto se ve incluso en las carreteras que llevan al circuito. El suelo se mueve y esto afecta al asfalto".

Hemos visto cómo en curvas lentas los pilotos preferían no cortar, porque la zona interior era la más bacheada; resultaba más rápido ir un poco por el centro y evitarlos. Hemos visto ruedas perder contacto con el asfalto, aunque fuera unos milímetros, y la trayectoria elegida quedaba modificada. 

Imágenes que contrastan en la Fórmula 1 actual y binaria: todo o nada, dentro o fuera, sobre raíles o perdida de control. Un poco como sucedía en tiempos pasados, donde el espectador sentía emociones en cada momento. Si había batalla entre dos pilotos, porque la había. Y si no, se veía, se percibía, esa sensación de la lucha de piloto y máquina.

Esto es algo con lo que los pilotos deberán contar en carrera y que puede causar más de una sorpresa.

El asfalto y el viento, que era bastante fuerte y que variaba un tanto de dirección. Pero la gran bandera de Texas, casi a final de recta, podía dar una pista, si es que el piloto tenía tiempo para echarle un rápido vistazo.