Kehm: "Corinna no está bien, pero intenta apoyar a Schumacher"

Corinna no está bien, pero no quiere transmitirle ningún pensamiento negativo

Su familia no se separa del heptacampeón del mundo de Fórmula 1 en su casa en Suiza, aunque su mujer, Corinna, intenta evadirse cuando puede de las malas sensaciones que vive cuando acompaña a su marido. "Por supuesto, Corinna no está bien. Pero ella trata de ser fuerte para dar su apoyo a Michael. No quiere transmitirle ningún pensamiento negativo", asegura la representante de Schumacher, Sabine Kehm, al diario Bild.

Corinna intenta olvidar, al menos temporalmente, la situación que vive ‘Schumi’ practicando ‘reining’, una modalidad de competición ecuestre donde su hija tiene grandes éxitos internacionales. Probablemente, los trofeos de su primogénita es lo único que le saca una sonrisa a la mujer de Michael Schumacher en estos dos años de sufrimiento. "Acudir a ver cómo su hija gana trofeos es lo único que mueve de la cama a Corinna", comentan fuentes cercanas a la pareja al diario alemán Gala.

La delicada situación sentimental, evidentemente, es lo más preocupante, pero los números rojos asoman en el entorno de la familia Schumacher, que tenía un patrimonio de más de 400 millones de euros antes del accidente. Los cuidados para el piloto más laureado de la Fórmula 1 han provocado que la familia venda gran parte de este patrimonio. De hecho, estos cuidados ascienden a un total de más de 13 millones de euros, según informa el Daily Mirror.

Los gastos semanales para el tratamiento de Michael Schumacher ascienden a 136.000 euros, que incluyen los 15 médicos que viven día y noche, las 24 horas del día, junto al Kaiser. Pero, además de esto, la casa en la que se encuentran en estos momentos y que está acondicionada para el cuidado intensivo del ex piloto de Ferrari les cuesta un millón de euros mensualmente.

Por si estas cifras mareantes fueran pocas, la familia Schumacher ha decidido, prácticamente de forma obligada, vender algunos de los objetos más valiosos para hacer frente a esta situación. Una cabaña al norte de Oslo por casi tres millones de euros, un jet privado por 20 millones de euros, un Falcon 2000EX y hasta el Ferrari F2000 con el que Schumacher consiguió su tercer campeonato del mundo son algunos de los ejemplos más valiosos que han tenido que deshacerse.