Amonestado por festejar un Campeonato

"Rocky (su ingeniero) me pidió el procedimiento habitual, pero le dije 'no esta vez'", sonrió el de Red Bull al recordar hacer los donuts, dejar el coche en la pista y regalar los guantes a la afición. Por este motivo, el alemán, que dominó la carrera para conseguir su cuarto título mundial consecutivo, fue convocado a una reunión con dirección de carrera, pues su acción suponía una violación del Artículo 43.3 del reglamento deportivo dado que no regresó directamente al parque cerrado. 

Vettel se escapó de recibir una sanción grave, ya que los comisarios optaron por darle una reprimenda al piloto y multar con 25.000 euros a su equipo. "El piloto no procedió directamente al parque cerrado después de la carrera, como se detalla en el artículo 43.3 del reglamento deportivo de la FIA para Fórmula 1. Debido a la circunstancia especial los comisarios aceptaron la explicación del piloto. El equipo no instruyó al piloto lo suficiente como para volver directamente al parque cerrado después de la carrera".

Los comisarios de la FIA fueron rápidamente al lugar donde Vettel abandonó el RB9 para neutralizarlo, y tanto el piloto como el team manager, Jonathan Wheatley, fueron llamados a declarar.

Helmut Marko, sin embargo, dijo que no podía entender el cumplimiento tan estricto de las reglas en un momento de emoción y celebración, por lo que calificó la reacción de la FIA como "increíble" y "extraña".