"Alonso era muy inteligente para su edad, era muy fácil trabajar con él", recuerda su mecánico número uno en Renault

El español llegó a la escudería en 2003, dos años antes de convertirse en campeón del mundo, y en su segunda participación, consiguió la pole en Malasia. Poco después, ese mismo año, se alzó con la victoria en el Gran Premio de Hungría. En su debut en Renault, sumó cuatro valiosos podios que hacían presagiar lo mejor. Así que su potencial quedó demostrado nada más se subió al coche, algo que impresionó a todo el equipo, que sabía que tenían un coche que, con desarrollo, podía llegar a hacer cosas grandes. 

Muy pronto se dieron cuenta de que el talento de Alonso era especial. "Enseguida supimos que era bueno", ha asegurado en PitDebrief. "Era muy fácil trabajar con él, muy elocuente, sabía lo que necesitaba cuando explicaba detalles del coche, y progresó muy muy rápido", ha admitido Hassey.

En 2004 las cosas se relajaron para él. Fue una especie de año de transición porque, ya en los test invernales de 2005, se percataron de que las cosas podían ir muy bien tanto para el equipo, como para un Alonso que pronto se convertiría en bicampeón, desbancando a Michael Schumacher. El coche era rápido y fiable... a pesar de que en el equipo prefirieron no darle demasiada importancia por la juventud del piloto. 

"Era muy joven en aquel momento, así que no le dimos mucha importancia", ha rememorado. "Sabíamos que era rápido y que el coche que habíamos diseñado y desarrollado tenía un gran potencial. Fue entonces cuando empezamos a construir el equipo. Los ingenieros y diseñadores confiaban en lo que estaban haciendo. Fue un progreso constante a lo largo de la temporada", ha contado. 

"En realidad, él no sólo conduce el coche para la carrera y ve sólo delante de él, él está pensando muy por delante. Era un chico muy inteligente y muy bueno para su edad en aquel momento", ha añadido sobre la época en la que le acompañó por el título. 

Así que pronto tuvieron que darse cuenta de que era un piloto especial. En 2005, ganó en Sepang y Baréin, dos victorias que le alzaron al liderato. Kimi Raikkonen se tuvo que retirar y parecía que Alonso volvería a ganar incluso fácilmente. Pero Schumacher no se lo iba a permitir tan fácilmente, y eso que salía en la parte de atrás por un error en los entrenamientos del domingo. Tuvo que remontar, y pronto llegó a la posición del asturiano, que se defendió con uñas y dientes. Fueron 11 vueltas de infarto, pero el asturiano consiguió subir al primer escalón del podio, con el alemán segundo. En ese momento, se percataron del nivel competitivo del español. 

En aquel Gran Premio de San Marino, explica Hassey, la rivalidad con Ferrari era muy fuerte, algo que se mantuvo después. "Fue muy intenso. Los chicos de Ferrari eran muy patriotas, así que sabías que no era sólo una batalla entre pilotos, sino también con los mecánicos", ha reflexionado. 

"Recuerdo que cuando bajábamos al parc fermé para poner los abanicos en el coche y asegurarnos de que todo iba bien, los mecánicos de Ferrari te daban un pequeño golpe en el hombro al salir si quedaban segundos o terceros", ha añadido. "Fue una batalla intensa", ha recordado. 

Según ha explicado Hessey, ese día en Imola Alonso siguió una estrategia concreta: entrar despacio en las curvas y chicanes para frenar al alemán. Después, aceleraba en la salida y le negaba la posibilidad de adelantarle. Así que, aunque Schumacher se acercaba con mucho peligro, no era capaz de pasarle. 

"Pero Fernando sabía que tenía una buena aceleración a la salida de las curvas. Redujo la velocidad antes de llegar a la chicane, especialmente en la última antes de la línea de meta, sólo para frenar a Schumacher. Sabía que al salir de esa curva su aceleración era mejor que la del Ferrari de Schumacher", ha incidido. "Pensaba todo el tiempo, y aún lo hace", ha explicado. 

También ha admitido que la de Brasil fue una carrera muy emocionante. Fue allí donde Alonso se alzó con el título mundial. Ese fue uno de los dos momentos que le alzaron como campeón del mundo, aunque fue la destreza a lo largo de toda la temporada la que le ayudó a superar y derrotar al heptacampeón. 

Pero eso no fue algo que consiguió sólo con lo que él podía ver, sino que le preguntaba insistentemente a su ingeniero de carrera, Rod Nelson, dónde estaban sus rivales en las diferentes partes del circuito. Su radio, ha explicado Hessey, siempre echaba humo. Intentaba adelantarles, o defenderse, gracias a la estrategia. 

"Lo que pasa con Fernando es que es un piloto pensante en todas las carreras. Hablaba con Rod Nelson y le hacía preguntas sobre lo que estaba pasando en la otra mitad del circuito delante de él, y Rod solía venir por radio y decir, 'mira Fernando, concéntrate en lo que estás haciendo', pero él le respondía: 'No, quiero saberlo porque estoy planeando lo que voy a hacer cuando llegue a ese piloto en el circuito", ha sentenciado con esta anécdota.